Tanto la hinchada de Independiente como la de Boca protagonizaron ayer incidentes, aunque de forma separada. Por el lado de los locales todo comenzó antes del inicio del partido cuando desde la cabecera arrojaron a la cancha, contra el arco que iba a defender el arquero de Boca, Cristian Luchetti, las facturas denominadas “bolas de fraile”, en una clara actitud discriminatoria con el mensaje para los rivales de “bolitas”. Al instante la agresión también derivó en cánticos como “el que no salta es de Bolivia y Paraguay”. También en ese sector del estadio se colgaron carteles agrediendo a la parcialidad de Boca y uno de ellos decía “Boca, no apto para cardíacos”, en alusión al barra que murió durante el Mundial pasado en Sudáfrica de un ataque al corazón tras una pelea con barras del Rojo. Por el lado de la hinchada de Boca y cuando abandonaban el sector destinado para ellos, se cruzaron con la policía que intentaba sacarlos más rápido. Balas de gomas, piedras y palazos tuvieron como consecuencia ocho heridos, aunque ninguno de gravedad. “Todo es culpa de la policía. Me llamó la atención que siempre en este estadio la policía nos trate tan mal. Vamos a iniciar una investigación para saber los responsables de la agresión a nuestra gente”, destacó el presidente de Boca, Jorge Amor Ameal.
