La última noche de la Fiesta Nacional del Sol culminó en una jornada desastrosa. La tormenta que se precipitó a la medianoche sobre la ciudad, arrasó con todo. Y el caos provocado por el fenómeno climático dejó a muchos espectadores con las ganas de ver a Maná en vivo. El show se suspendió poco antes de las 2 de la mañana. Estaba previsto que actuara a la 1.

Después de las luces y el show del Carrusel, gran parte del público que había asistido allí, se trasladó hacia el Parque de Mayo, para visitar la feria y poder presenciar el recital del grupo mexicano que estaba pautado a la 1 de la madrugada, aunque en los tickets numerados figuraba a las 22, situación que provocó malestar en mucha gente. Largas filas de personas esperaban impacientes para el ingreso por avenida Libertador y por calle 25 de Mayo hacia el campo del Estadio Abierto.

En un primer momento parecía que la fila iba a avanzar rápidamente. Sin embargo, fue casi a las 0,30 que las fuertes ráfagas de viento comenzaron a hacer estragos. Volaron carteles, algunas ramas de árboles se cayeron y estructuras de pequeños stands de la feria empezaron a ceder y tumbarse al suelo.

De repente, otra extensa fila se formó desde la entrada principal al parque hasta el acceso por calle Félix Aguilar y San Luis al predio del escenario mayor. La incertidumbre entre los espectadores empezó a crecer conforme pasaban los minutos y no había respuestas por parte de los guías y la Policía. Ningún dato o argumento de por qué no dejaban ingresar.

Hasta que se supo, por medio de algunos relatos de los cronistas radiales y de algunos espectadores que se encontraban apostados en los vallados a la espera de acceder, les transmitieron que una torre de reflectores se había caído a causa del viento y que produjo golpes y heridas leves en algunos plateístas que se encontraban ubicados cerca del escenario.

 

El circuito de calles internas del Parque quedó inundado. La multitud corrió de manera desorientada y en varias direcciones tratando de buscar algún rincón para refugiarse. Madres con bebés en brazos y niños no tenían dónde protegerse del agua.

Era la 1,30 y el recital seguía demorado. El intenso viento bajó la velocidad provisoriamente, pero la humedad se sintió con más presión y daba indicios que la lluvia vendría muy pronto. Así y todo, los músicos estaban prácticamente listos para actuar, pero Marcela Podda, la presentadora del show anunció la espera de 15 minutos más para saber si se daban las condiciones para dar inicio al concierto.

Esto cayó bastante mal en el auditorio y también en la gente que todavía seguía esperando afuera. Los efectivos de seguridad mantenían la orden oficial de no dejar ingresar a nadie, ni siquiera a personal acreditado. Mientras que en el campo, hubo roces y discusiones entre los espectadores porque cambiaban las ubicaciones de las sillas y el desorden fue incontrolable para los acomodadores.

Los silbidos, insultos y protestas se pronunciaron con mayor efervescencia. El clima empeoraba. Hasta que exactamente a la 1,45 de la madrugada, el público comenzó a abandonar el predio y enseguida se supo que el show fue suspendido al instante en que cayó la lluvia, logrando así complicar la situación. La bronca y la resignación fue el común denominador.

Todo el circuito de calles internas del parque quedó inundado. La multitud corrió de manera desorientada y en varias direcciones tratando de buscar algún rincón para refugiarse. Madres con bebés en brazos y niños no tenían dónde protegerse del agua. Algunos que estaban más cercanos a los stands y carpas encontraron un pequeño nicho para taparse, pero por el suelo el agua corría con fuerza llevándose por delante todo lo que encontraba a su paso.

La peor parte la sufrieron también los pequeños comerciantes de comidas rápidas. Las tiendas se desbordaron y se desperdició gran parte de la mercadería, los alimentos perdieron la cadena de frío y hubo cortocircuitos por todas partes.

Las conexiones eléctricas eran muy precarias e inseguras, por lo que presentó un peligro latente para muchos. Hubo personas que lograron comprar un piloto o un paraguas que ofrecía un vendedor ambulante, como si fuera enviado por orden divina. Aunque la mayoría no tuvo mucha suerte.

Además de ello, entre las corridas, se produjeron altercados entre algunos jóvenes y agentes de Policía, quienes efectuaron varias detenciones. Cuando se evacuó todo el parque, el lugar quedó peor de lo que estaba antes. La basura acumulada, los desagües y bocas de tormenta tapados, el barro, escombros, cables caídos y el agua que inundaba todo, reflejó una escena desoladora.

En casi una hora y media, todo lo que parecía ser la culminación de una semana positiva para la Fiesta del Sol, terminó en poco tiempo, en una jornada accidentada y traumática para muchos.
 

Mucha confusión

Mientras reinaba la confusión, hubo también aprovechamiento de algunos ladrones. Uno de los operarios técnicos que trabajaba para el desarrollo del Carrusel, sufrió el hurto de su bolso con equipos de video muy caros justo cuando se desencadenó la tormenta.

Antecedente

El fenómeno climático produjo la segunda suspensión de un espectáculo musical en la historia de la Fiesta del Sol. Como antecedente, es la noche accidentada del 23 de febrero de 2011, cuando la lluvia con granizo anuló la actuación de Diego Torres en el Predio Ferial del Ferrourbanístico. 

Demora innecesaria

El público estuvo demorado más de una hora haciendo colas para poder ingresar al estadio y cuando se constató de la lluvia, después de la 1.35, comunicaron los locutores que el show de Maná se cancelaba. Hubo reclamos por el maltrato de efectivos de seguridad y la ausencia de autoridades en el lugar.