La luz entra por todas partes: ventanas en lo alto que dejan pasar al sol e iluminan las piedras de tonos rojizos que cubren el fondo del altar, otras verticales que completan el cuadro y permiten ver los árboles. Así es la nueva imagen que tendrá la iglesia parroquial de Santa Lucía, cuando en pocos meses más concluya la obra que fue inaugurada el 6 de diciembre de 1964, pero que no había podido ser terminada hasta ahora porque sólo se construyó a la mitad.
En un próximo paso, las paredes de la nave también cederán parte de su solidez para que otras ventanas agreguen claridad al templo. "Es que Santa Lucía es luz y ese es el significado principal de todas las remodelaciones que se están haciendo", dijo el párroco Eduardo Gutiérrez Bonduel.
Los trabajos comenzaron en el año 2003 y esa primera etapa incluyó la remodelación del frente de la iglesia, la construcción de la secretaría y la casa parroquial, que databan de muchas décadas atrás y no eran sismorresistentes. Se conservó la torre y se le imprimió un diseño moderno, que actualizó aquel estilo español californiano que tenía la construcción ideada después del terremoto de 1944. "En aquella época se había construido lo que hoy conocemos como salón parroquial -pegado a la iglesia- y en el templo propiamente dicho, sólo se pudo edificar la nave central pero más chica que la que estaba proyectada", contó el párroco.
Entre las novedades que tendrá la nueva iglesia, la más llamativa es una escalera envolvente al costado del altar que lleva a una pequeña habitación de mayor altura: "Será un oratorio de adoración perpetua, algo que hasta ahora no teníamos. En el balcón que queda adelante irá ubicada la imagen de nuestra Santa Patrona en su camarín, jerarquizando así su presencia", explicó el padre Gutiérrez.
Aunque los cambios son significativos, también conservarán elementos antiguos. Uno de ellos es la mesa del altar, que tiene más de 100 años, así como las imágenes de Santa Lucía, la Virgen María y el Cristo Crucificado, que se ubicará en el centro, sobre el fondo de piedras. También permanecerán el piso original, que será pulido, y el antiguo bautisterio, que data de la primera iglesia. "Se ha utilizado muchos elementos autóctonos, como las piedras rojizas que cubren la pared del fondo, que son de San Juan", relató el sacerdote, quien dijo además que todos los arreglos los hicieron con fondos de la parroquia. "Acá todos han colaborado: desde el arquitecto que no cobró por su trabajo hasta los fieles, que nos acompañan y aportan para que podamos finalizar. Y si nos siguen acompañando, podremos seguir avanzando para llegar a la fecha prevista, cuando se celebre la fiesta de Santa Lucía el 13 de diciembre, con todo pintado, incluso la torre que tiene un reloj que también queremos reparar", agregó.
Al tiempo que adelantó la realización de nuevas acciones (como beneficios, festivales y otros eventos para recaudar fondos), el padre Eduardo destacó la actitud de quienes trabajan en la conclusión de la obra. "Todos están poniendo sus manos y su corazón, que es lo más importante, para que la iglesia sea un lugar hermoso", concluyó.

