El fuego descontrolado otra vez fue causó estragos y, como de costumbre, se lo atribuyen a quema de pastizales que perdieron el control y terminaron arrasando con sectores -evidentemente- no previstos.

 

 

En rigor, anoche el incendio copó una finca de calle San Isidro y Divisoria, en San Martín, y se extendió hasta los fondos de la Bodega Peñaflor, por lo que los bomberos tuvieron que trabajar a destajo para apagar el fuego.

 

 

De milagro no alcanzó viviendas. Investigan cómo y donde se originó el fuego que tardaron en sofocarlo varias horas.