Graciela Ávila se levantó a las siete de la mañana y con sentimientos encontrados. Por un lado, estaba esperanzada de que durante el día sus tres hijos pudieran bañarse para higienizarse y refrescarse, de poder combatir la sed cada vez que se le secara la garganta, de cocinar sin problemas y de intentar revivir las flores de su jardín. Y, por otro, no podía de dejar de sentir miedo de que las promesas recibidas se las llevara el viento y tuvieran que seguir sobreviviendo sin una gota de agua tal como ocurrió la semana pasada. Pero, la llegada del camión tanque hizo que la alegría superara su temor. Es una de las vecinas de Huaco, en Jáchal, un pueblo en el que las 300 familias que lo habitan llevan 11 días sin servicio de agua potable. Y que pasaron de vivir en la desesperación a recuperar, de a poco, la calma. Esto es porque tanto el gobierno provincial como el departamental hasta ahora cumplen con la promesa de proveerles agua en camiones y envasada hasta tanto llegue la solución definitiva del problema. Este se originó el miércoles de la semana pasada por el colapso de la perforación de donde se extraía agua para proveer a esta gente. Desde OSSE determinaron que esta perforación es imposible de recuperar y que no hay más alternativa que hacer una nueva, obra que demorará al menos tres meses en estar lista. Mientras tanto, se seguirá proveyendo de agua potable a todos los vecinos.

El frente de la casa de Rosalvina Olivares, de 75 años, parecía una exposición de cacharros. Ni bien amaneció comenzó a sacar todo recipiente apto para recibir el agua. Calculó que a eso de las 10 pasaría el camión tanque, y no se equivocó. "Hago que me llenen todos los recipientes que tengo porque me desespera pensar que nos vamos a quedar sin agua. Los primeros días que se rompió la bomba no teníamos ni una gota y nadie nos asistía con agua. Tuvimos que comprarla envasada, pero se terminó rápido por la demanda. Fueron unos días de mucha angustia que nadie quiere volver a vivir. Ahora estamos un poco más tranquilos", dijo. Siete de la mañana, Aníbal Muñoz llegó a la planta potabilizadora de Jáchal para cargar agua. Es el chofer de uno de tres camiones tanque que envía el Ministerio de Obras y Servicios Públicos, y que recorren las calles de Huaco para llegar a todos los hogares. Dijo que se siente muy contento de realizar esta tarea que alegra a la gente. "Es conmovedor ver la alegría con que nos reciben los vecinos cada día. Nosotros los tratamos con mucho respeto porque imaginamos lo angustioso que debe ser vivir sin agua. Por eso a veces estamos hasta cerca de la medianoche repartiendo agua. Y alivio", dijo el hombre.

La falta de agua no es lo que angustia a los vecinos de Huaco, sino también que este problema se dé en medio de la alarma que provoca el dengue y el coronavirus en la provincia. Su preocupación pasa principalmente por las condiciones de potabilidad que tiene el agua que les llevan en camiones, en cómo conservarla sin que se contamine y provoque algún trastorno de salud y sin que se convierta en una fuente de proliferación de mosquitos. "Hace unos días empecé con vómito y colitis y yo creo que es por tomar el agua que nos traen en los tanques, aunque dicen que es potable. Espero que a mis tres hijos no les pase lo mismo. A veces se nos termina el agua envasada y tomamos de esa. Por eso, ahora la hiervo antes", dijo Marta Ahumada.

Esta mujer trabaja cuidando a Nidia Zabaleta y a su marido, ambos mayores de 80 años, que según dijo también sufrieron algunos problemas estomacales en estos últimos días.

Los huaqueños volverán a cortar la ruta, si cesa la provisión de agua.

Para evitar cualquier inconveniente de este tipo, Salud Pública comenzó una campaña de asistencia y capacitación en el pueblo. En este marco envió a Diana Tejada, una agente sanitaria del Hospital de San Roque, en Jáchal, para que colabore con la atención en el Centro de Salud de Huaco, donde hay enfermeros permanente, pero el médico asiste sólo una vez a la semana. Y además, para que visite casa por casa para enseñarle a cada familia algunas medidas de prevención. A ella, los vecinos también la reciben con buena predisposición. "Nadie quiere enfermarse, por eso estamos muy interesados en aprender qué hacer para mejorar la calidad del agua. Realmente agradecemos que hayan designado a alguien para que nos enseñe", dijo Mauricio Tejada, mientras recibía a la agente sanitaria quien empezó a enumerarle las medidas de prevención. Le explicó que debe lavar con lavandina los recipientes donde recibe el agua de los camiones y mantenerlos tapados ya sea que estén vacíos o llenos para evitar que se contamine el agua y para que no se conviertan en un reservorio de mosquitos. Antes de consumir este agua, hervirla durante 10 a 15 minutos, luego dejarla enfriar y agregarle dos gotas de lavandina por litro, envasarle en una botella de vidrio o plástico y conservarla en un lugar fresco.

También le recalcó una y otra vez que no es apta para el consumo el agua del pozo alternativo que OSSE habilitará y conectará a la red para que los vecinos puedan usar para la higiene personal, en el sanitario y para regar. Este pozo está al lado del Molino Viejo donde está la estatua de Buenaventura Luna. Allí, los empleados de OSSE están trabajando en los últimos detalles para habilitarlo. Calcularon que será en esta semana.

 

Otra medida

  • Los vecinos de Huaco dijeron que a pedido del intendente de Jáchal, Miguel Vega, la Dirección Provincial de Hidráulica largó el agua por los canales, servicio que estaba momentáneamente cortado. Esta medida favoreció mucho a las familias que viven cerca del lugar por donde pasan los cauces, ya que pueden utilizar este agua para cualquier tarea que no sea el consumo humano. La mayoría de las vecinas la usa para lavar a mano, ya que no pueden usar los lavarropas automáticos.

 

 

>> ALGUNOS TESTIMONIOS

 

  • El sacrificio de acarrear agua

Arar a pleno sol la tierra en un finca donde lo contratan para trabajar, no es el mayor sacrificio que hace a diario Jorge Andrada. Camina un kilómetro para acarrear agua del canal y darles a los animales que tiene en su casa y poder ahorrar el agua potable que le traen los camiones.

 

  • Conciencia saludable

Todas las mañanas, Graciela Ávila espera el camión tanque con los tachos en la vereda y con un papel de bolsa de harina para taparles la boca. Es para prevenir que el agua se ensucie y contamine, como para que no genere la presencia de mosquitos.

 

  • Una lucha en vano

Desde que los camiones tanque le dejan agua en su casa, Nemesio Ahumada intenta recuperar la huerta donde sembró algunos vegetales y hierbas aromáticas, pero es imposible. El calor y la falta de riego secaron toda su plantación.

 

> Origen y diagnóstico

Contra reloj. Empleados de OSSE trabajan contra reloj para hacer andar el pozo alternativo que distribuirá agua no apta para consumo en Huaco.

 

La falta de agua potable en la localidad jachallera de Huaco comenzó el 4 de marzo pasado cuando la bomba de la perforación de donde se proveía de este líquido a todo el pueblo se rompió. OSSE decidió reemplazarla por una nueva, pero no pudo porque la perforación colapsó y se derrumbó como consecuencia de un sismo, según las primeras especulaciones. Este organismo buscó otros pozos cercanos y encontró cuatro. Hizo analizar el agua de uno de ellos para determinan si era apta para el consumo, pero los resultados dieron negativo. Mientras, se determinó que la perforación colapsada no se podía recuperar y que era necesario hacer una nueva. En este marco, especialistas del INA (Instituto Nacional del Agua) ya está trabajando para determinar las coordenadas exactas donde hacer la nueva perforación para realizar el proyecto, determinar el presupuesto y llamar a licitación.

 

> La máxima preocupación se concentra en las escuelas

 

Limpieza. En las escuelas de Huaco aprovecharon la suspensión de clases para desinfectar los edificios.

 

Debido a la falta de agua potable, el Ministerio de Educación decidió autorizar la suspensión de clases en las cinco escuelas que funcionan en Huaco, durante el miércoles y jueves pasados, medida que se extendió por un día más, culminando la semana sin actividad escolar. Pero esta cartera ya comunicó oficialmente que el dictado de clases se reinicia a partir de hoy en todas las instituciones, noticia que preocupó a la comunidad educativa por la incertidumbre si habrá agua suficiente en los edificios escolares para higiene, uso en sanitarios y consumo. También por el temor de que esto genera alguna enfermedad sobre todo en los alumnos de Nivel Inicial.

Pese a no haber clases, las puertas de la Escuela Albergue Federico Cantoni permanecieron abiertas. Allí se reunió su directora, Marcela Monardez, con las autoridades de las otras dos instituciones que funcionan en el mismo edificio, la Escuela Agrotécnica de Huaco y el Jinz 16. El motivo de dicha reunión fue tanto organizar las tareas de desinfección del establecimiento y atender a los padres que se acercaron para saber cómo será el panorama desde hoy. "Aprovechamos que no hay clases para que el personal desinfecte tanques, sanitarios y los muebles de las aulas. En cuanto a la provisión de agua, desde OSSE nos aseguraron que van a llenar las cisternas dos o tres veces al día con agua potable. Pero esa agua, al no provenir de la red no va a correr y va a quedar estancada lo que puede favorecer contaminación. Por eso, las directoras de las tres escuelas hemos pedido a Educación que nos provean de agua envasada y de dispenser para el consumo. Nos prometieron que sí, vamos a ver si cumplen", dijo Monardez.