Primero fue el comisario Julio Barrera, de la Seccional 3ra, quien ordenó a un suboficial sacar a un periodista de DIARIO DE CUYO, a pesar de que éste permanecía del otro lado de la calle. Después fue un policía de civil, quien intentó impedir que otro cronista tomara fotos. Ese efectivo, que dijo ser el “sargento Rodríguez” de Criminalística, le pidió de forma amenazante el DNI y el cronista respondió que no lo llevaba encima. Fue entonces que el efectivo lo increpó pidiéndole el nombre y luego lo anotó en una carpeta, desconociéndose con qué intenciones. En la discusión también intervino de manera prepotente una mujer policía. A todo eso, un familiar de las víctimas amenazó con agredir a los periodistas frente a estos efectivos y no hicieron nada.
