Un cartel colgante en el que se leerá ‘Esquina Colorada, Rivadavia‘ será parte del monumento. Mientras que un viajero antiguo y dos valijas llenas de carteles de distintos países serán elementos importantes de esta obra de arte. De esta forma, los vecinos de Ignacio de la Roza e Hipólito Yrigoyen, ex San Miguel, quieren homenajear a la emblemática esquina de Rivadavia.

Ya consiguieron el visto bueno de la Municipalidad de Rivadavia para ocupar la vereda de la esquina. Es que en la actualidad, en ese lugar está el portal del departamento. Sin embargo eso no se tocaría. Los mentores de la obra dijeron que ahora buscan el financiamiento para hacer realidad el anhelo de varios vecinos de la zona.

La idea del monumento fue de Américo Gómez. Él es un vecino que nació y vivió los momentos más importantes de su vida en la Esquina Colorada. Y es, en agradecimiento a todo eso que sueña con el monumento. Américo, viajó por muchos países de América, Europa y África, y gracias a esos viajes notó la importancia de estas obras de arte. Por eso, luego de su retorno a su tierra natal, se reunió con un amigo dibujante para dejar plasmadas en papel sus ideas. Así fue que nació el primer boceto que con el tiempo se fue mejorando. Una vez que tuvo el dibujo definitivo, se reunió con varios vecinos de la zona y les comentó la idea.

Luego fueron a la Municipalidad de Rivadavia para pedir autorización para usar la vereda y ahora están esperando que desde la Facultad de Arquitectura les aconsejen las normas de seguridad que deben seguir para la construcción del monumento. Una vez que tengan todo darán inicio a la obra. De esta forma, sueñan con que la renombrada Esquina Colorada sea un destino para el turismo.

Además de Américo, hay varios vecinos que hoy aportan su granito de arena para la obra. Si hasta algunos empresarios importantes de San Juan, que vivieron su infancia en esa zona, están comprometidos a colaborar y quieren que verlo listo este año.

En el imaginario colectivo, esta esquina representa a una fonda del siglo XIX, pintada de rojo, y que era de Doña Urbelinda Dávila de Piedra Buena. Según algunos historiadores, este sitio era lugar de paso de hombres de distintos sectores políticos y revolucionarios refugiados en Zonda. El rojo vincula a los derramamientos de sangre que se producían por las peleas entre los concurrentes.