Como casi todas las disciplinas que demandan acrobacia, el baile del caño comenzó en el circo en la década del 20, en Estados Unidos. Surgió porque éstos iban de ciudad en ciudad y la mayoría de los casos el espacio era muy reducido, con lo que las bailarinas quedaban +pegadas+ a los caños que sostenían las carpas, así con ingenio incluyeron a éstos dentro de sus rutinas de baile.
Luego, entre el final de los años 30 y los años 50, se incorporó a los centros nocturnos, que incluían bailes eróticos. Lo malo fue que durante esta época, esos lugares eran blancos de redadas policiales debido a la venta ilegal de alcohol en ese entonces. Fue a partir de ahí, que las bailarinas de caño empezaron a cobrar mala fama y a ser ligadas a la vida de depravación, fama que poco a poco se fue acabando.
Recién en 1994 la canadiense Fawnia Monday transformó el "vulgar caño", en el ahora llamado pole dancing como un uso cotidiano para ejercitar el cuerpo de cualquier mujer. Este hecho, inspiró a gimnastas, profesionales del ejercicio y bailarinas alrededor del mundo para enseñar el pole dance como una alternativa para hacer ejercicios aeróbicos y anaeróbicos en una misma disciplina.
Hoy es una innovadora modalidad deportiva que está rompiendo esquemas a escala mundial. Ya existe una reconocida competencia: Miss Pole Dance World, organizada por The World Pole Sport Federation, cuyas eliminatorias se realizan entre las ganadoras de las competencias nacionales de los países miembros de la Federación. Estas gozan de muy buena reputación debido a que las interpretaciones de este nivel son inspiradoras, no sólo por su perfecta ejecución, sino por la pasión, belleza y poder que transmiten.