El apoyo y las demostraciones de afectos de cientos de personas desconocidas, le cambiaron la vida a Maximiliano Kondratiuk, el ex jugador de San Martín que padece la enfermedad de Wilson y vive en Buenos Aires. Vanesa, una de sus hermanas, le contó a DIARIO DE CUYO que desde que se dio a conocer el caso y comenzó la campaña solidaria, el joven recuperó el buen humor y las ganas de seguir luchando para estar mejor. Hasta los jugadores de Boca se plegaron a la campaña. El domingo pasado, antes del comienzo del partido con Aldosivi, el plantel xeneize desplegó un cartel que decía “ayudemos a Maxi”, igual que hicieron clubes de todo el país.
Al comienzo, los familiares de Maxi dudaron mucho en hacer público su caso y pedir ayuda. Lo hicieron, y sin imaginar el saldo positivo que tendría. De todo el país se sumaron personas a la campaña solidaria y no contribuyeron sólo económicamente, sino también a nivel emocional. “Maxi es otro desde que comenzó esta campaña. Volvió a sonreír por el cariño de la gente”, dijo Vanesa.
Vanesa contó que Maxi ahora se entretiene leyendo los mensajes que la gente le deja a través de las redes sociales, mirando las fotos de los jugadores que se toman fotos con el cartel en que se pide ayuda para él, y recibiendo a los jugadores de diferentes clubes que lo visitan a diario. Antes, según dijo la mujer, no quería ni escuchar ni ver a nadie ajeno a su familia.
Por consecuencia de esta enfermedad hereditaria poco común que lo aqueja desde fines del 2011, Maxi no puede trasladarse por sus propios medios y debe hacerlo en una silla de ruedas. También tiene dificultades para hablar (se comunica a través de la computadora), y para tragar. Es por eso que tiene que seguir una alimentación especial, a base de alimentos procesados, además de contar con asistencia personalizada las 24 horas del día. “Mi mamá murió hace varios años y mi papá está en un geriátrico, así que tuvimos que contratar una enfermera para que lo cuide”, dijo Vanesa.
Pese a que la medicación más cara se la proporciona Salud Pública (cuesta unos 70.000 pesos), para afrontar el tratamiento completo, entre enfermeras, demás medicamentos y alimentos especiales Maxi necesita al menos unos 20.000 pesos al mes, según calculó su hermana. Por eso tuvieron que recurrir a la solidaridad de la gente, ya que el joven futbolista no cuenta con ninguna jubilación o pensión.
La ayuda no se hizo esperar. Vanesa contó que desde la semana pasada, Maxi comenzó la rehabilitación en un centro privado para frenar el avance de la atrofia muscular que provoca la enfermedad. Cuando su caso salió a la luz, desde este centro lo fueron a buscar a su casa para ofrecerle este servicio médico totalmente gratis.
Quienes quieran ayudar al ex defensor de San Martín, pueden entrar en contacto con sus hermanas, Vanesa (0221) 15-5342909 y Marcela (0221) 15-6023762 o escribir a esta casilla de correo que es manejada por su familia y amigos: ayudemosamaxi@gmail.com.

