Cuando Héctor Morales despertó esta mañana, ni imaginaba lo que el destino le tenía preparado. Como todos los días, se subió al colectivo línea 7 de La Marina y realizó varias veces el recorrido de rutina.

Sin embargo, cerca del mediodía, un hecho inesperado modificó sus planes. A los gritos, pasajeros le advirtieron que un joven estaba convulsionando. De inmediato paró el micro, hizo bajar a todos y se quedó sólo con el hombre. Lo sentó, estabilizó y trasladó hasta el centro asistencial más cercano a la Villa Obrera, donde se encontraba en ese momento.

"Lo puso en posición para que no se ahogara, de costado, con un brazo arriba y una pierna cruzada. Eso impide que el paciente se broncoaspire. Re bien actuó el chofer, un genio", dijeron desde la salita Humberto Mira.

Allí lo estabilizaron, le dieron la medicación y una ambulancia lo trasladó hasta el Hospital Marcial Quiroga.

 

Sin dudas, Héctor recordará siempre este día, en el que se vistió de héroe.