El caso Badaro es emblemático porque la Corte ordenó un ajuste del 88,3% desde enero de 2002 al 2006. Tenía una jubilación alta y no fue ajustada por el gobierno con tantos aumentos como las mínimas. En ese lapso el Gobierno dio aumentos generales de entre el 10 y 22%. Pero hay más fallos: En el “caso Gemelli”, la Corte reconoció la vigencia del 82% móvil para los docentes. Y en el “caso Eliff” cuestionó la forma en que la Anses actualiza los sueldos que son referencia para el cálculo del haber inicial.