Conquistar el cielo piloteando un avión es una pasión que está pegando cada vez más fuerte en la provincia. Tanto así que desde el 2006 creció el número de gente que hace el curso para convertirse en piloto privado de avión. Hace cinco años no eran más de 5 personas por año las que accedían a esta licencia y ahora son alrededor de 20 al año. Desde el Aeroclub San Juan, que es el lugar donde se hace los cursos, dijeron que la tendencia responde a que la provincia está pasando por un momento de estabilidad económica y que cada vez más jóvenes quieren llegar a ser pilotos comerciales y trabajar en esa actividad.

El piloto privado o deportivo está habilitado para volar una aeronave liviana (5.700 kilos), pero no puede pilotear aviones comerciales. Es decir que no puede usar este permiso para trabajar. La licencia tiene alcance nacional e internacional y se consigue después de hacer un curso en el que hay que volar 40 horas. Este es el paso previo para convertirse en piloto comercial, que son los que buscan las aerolíneas. "Hay una camada interesante de gente que empieza por sacar la licencia de piloto privado y continúa para lograr la habilitación comercial. Es una buena salida laboral", dijo Gustavo Atán, el instructor de vuelo que tiene el Aeroclub que está en Pocito. Según Gustavo Gioda, que pertenece a la institución, alrededor del 80% de quienes hacen este curso, lo que busca es convertirse en pilotos comerciales. Pero esta habilitación no se consigue en San Juan. El resto lo hace por entretenimiento y se trata de personas que superan los 35 años de edad.

A medida que se va adquiriendo experiencia, se va consiguiendo habilitaciones para volar de noche, para llevar pasajeros o realizar vuelos por instrumentos. Gustavo Atán contó que lo más complicado, a la hora de aprender a pilotear un avión, es el aterrizaje. La licencia es otorgada por la Fuerza Aérea Argentina.

Para poder empezar a ganarse la vida volando, hay que cumplir 200 horas de vuelo y así obtener su licencia de piloto comercial. Son los que suelen volar aviones con publicidad parlante, por ejemplo. Para convertirse en instructor se necesita más del doble de horas y cerca de 900, para ser piloto comercial de primera clase y poder volar para las aerolíneas.