En los secaderos tradicionales y en los galpones de empaque los comentarios hablan de una "magra cosecha" en uva para pasa.
Jorge Turcato de la empresa Cava Bianca SRL, por ejemplo, ubica la misma "en un 35 a 45% de uva destinada al secado respecto del año pasado".
Pero aclara que "aún es muy pronto para hablar de mermas, dado el stock guardado del año pasado, que rondó el 30%. Hay desinversión en muchos parrales por un lado y por otro algo de vecerismo en la Sultanina por otro", agregando, "de todos modos la calidad es buena por el buen tiempo actual".
Desde Tierra Fértil SRL, Sergio Muñoz comentó que "gracias a Dios el clima nos está acompañando con el secado en este otoño. De todos modos hay menos uva colgada en los parrales y también es cierto que mucha uva sin semilla, por decisión y conveniencia para los viñateros, ha ido a los lagares".
"Lo bueno es la sanidad y la buena relación final de secado", indicó Muñoz agregando, "la calidad ayuda a reactivar la demanda y los mercados junto con las nuevas condiciones de competitividad internacional".
Por su parte Ernesto Melé de 3MG fijó el secreto en: "Actualmente los mercados exigen más calidad e inocuidad alimentaria y vemos que muchas empresas sólo apuntan a seleccionar sus productos mediante máquinas láser y Rayos X , esto es positivo pero no alcanza para lograr la calidad total requerida. El concepto de calidad es mucho más amplio, en el cual la tecnificación es fundamental".
Lo cierto es que en el sector pasero el problema más serio es el financiamiento. Hoy las tasas de giro en descubierto para una pyme es al 49,7% nominal anual y para el crédito de cosecha es del 22%, pero inviable para el productor, que depende sí o sí del exportador".