En las próximas semanas ya estarán listos los 35 primeros nichos que están en la parte inferior, y antes de fin de año habilitarán el bloque completo de cinco pisos, para llegar a un total de 175 nichos. Es que la Municipalidad de Angaco salió a construir a contra reloj nuevos espacios para los fallecidos porque se les agota la reserva y apenas les quedan 5 lugares disponibles, a la vez que ya no se pueden realizar sepulturas en tierra. De paso, aprovecharán para hacer una remodelación integral del lugar, incluso desde lo administrativo porque hay tumbas que perdieron su identificación y no existen registros para buscar a los familiares.

‘Teníamos un lote de reserva de 20 nichos y se está acabando, al punto que sólo nos quedan cinco lugares. Lamentablemente, el cementerio municipal siempre fue postergado y por eso hemos llegado a un punto en el que ya no quedan nichos, hay galerías muy dañadas y hay un 25 por ciento de las viejas tumbas en tierra que perdieron su identificación. Como no hay registros, saldremos a buscar a los familiares’, dijo el intendente José Castro.

El primer bloque de cinco pisos de nichos estará terminado antes de fin de año, pero mientras tanto podrán utilizarse los niveles que vayan terminando. En dos años, la municipalidad tiene proyectado hacer tres bloques más de nichos, en una futura ampliación del cementerio.

Castro señaló que aún no está definido cuánto costará cada nicho, pero dijo que habrá un segmento que tendrá un subsidio municipal, para personas de escasos recursos.

En tanto, en el lote de reserva actual sólo realizan préstamos, pues ese bloque de nichos será destruido cuando amplíen el cementerio.

Otro de los problemas que tiene el lugar es que un sector de las galerías tiene importantes daños en el techo y las veredas, por lo que serán remodeladas. A su vez, el cementerio presenta serias falencias en sus registros y no hay libros que permitan volver a identificar algunas tumbas ubicadas en la tierra, que son de vieja data y están en un sector que parece abandonado. ‘Hay que tener en cuenta que en la década del ‘80 el cementerio sufrió un traslado desde la villa cabecera a su actual ubicación y que además hubo libros que se mojaron o perdieron. Entonces, saldremos a buscar a las familias, para que puedan identificar las tumbas. Una vez que lo consigamos, veremos qué trabajo arquitectónico puede hacerse en ese sector, ya que no permite un parquizado por la mala calidad de la tierra’, afirmó el intendente.