�En mayo de 2012 el Gobierno de EEUU impuso a la Argentina un castigo comercial inédito al suspender las ventajas arancelarias que gozaba nuestro país para exportar, medida que también tuvo impacto en San Juan, principalmente en la industria vitivinícola, con vino, mosto, uva en fresco y pasas. La represalia comercial fue en respuesta a la negativa de Argentina a pagar más de 300 millones de dólares en fallos arbitrales de la CIADI producto de dos disputas de inversión con compañías estadounidenses. El presidente Barack Obama en persona anunció la suspensión a Argentina del Sistema Generalizado de Preferencias (GSP por sus siglas en inglés), que exime de aranceles a las importaciones de miles de productos de países en desarrollo.