La intención de las autoridades es que los chicos que viven situaciones de vulnerabilidad, por negligencia, violencia o abandono, puedan seguir en su entorno hasta que se decida si se quedan con sus padres o deben ser dados en adopción. Por eso, cada vez que detectan estos casos, intentan ayudar a los papás de los niños para que puedan quedarse con ellos o buscan la familia extendida de los menores o algún vecino que pueda cuidarlos. Así, en 10 años, la cantidad de chicos que viven en hogares del Gobierno bajó de 1.000 a menos de 50.
El tema del cuidado de los niños que viven situaciones anormales en su seno familiar salió a la luz después de que 3 niños de Caucete fueron hallados sucios, golpeados y con infecciones en la piel. Luego, sus padres fueron detenidos por lesiones leves contra sus hijos y los menores quedaron solos. Los alojaron en un hogar, pero rápidamente se puso en marcha el engranaje para buscar algún familiar que pudiera tenerlos. Al no hallarlo, buscaron entre sus vecinos y encontraron 2 familias dispuestas a cuidarlos hasta que el Juez defina su futuro.
“Estas medidas, que son de protección, se aplican desde hace unos 4 años. Primero vemos si podemos ayudar a los papás para que se queden con los chicos. Ya sea, con apoyo psicológico, educación, contención y/o ayuda económica, como la entrega de asignaciones, de un módulo habitacional o la búsqueda de trabajo para los papás. Si esto no funciona, buscamos otro familiar o vecinos que puedan cuidarlos y, si es necesario, les ofrecemos la misma ayuda. Recién si agotamos estas instancias tomamos la medida excepcional. Los niños quedan en hogares, hasta que un juez resuelva su futuro”, contó Viviana Meglioli, directora de Niñez del Ministerio de Desarrollo Humano.
La funcionaria detalló que, este año se aplicó la medida excepcional 4 veces, lo que implica que sólo deben ponerla en práctica en un 15 por ciento de los casos. “Por esto, hoy hay sólo un 5 por ciento de niños en los hogares en comparación con 2003”, explicó.
Este sistema implica también que tienda a desaparecer el programa de Familias Sustitutas, que se realiza con organizaciones como los Hogares de Belén. “Este método no dio resultado. Por un lado porque muchas veces se empezaba con una guarda provisoria del niño, que se transformaba en permanente hasta que los padres sustitutos terminaban obteniendo la adopción, dejando de lado a quienes están inscriptos para adoptar. Además, había casos de familias que aceptaban niños, pero después no los podían cuidar y los devolvían”, contó Meglioli.
Así, se cree que la cantidad de niños resguardados en hogares seguirá bajando. A pesar de que, por los dispositivos que hay para hacer denuncias, la detección de estos casos va en aumento.
