San Juan, 23 de Diciembre.- El papá de Camila, Javier Brusotti, relató cómo fue la vuelta de la pequeña a su casa. “Es una sensación de alegría increíble, todavía no caigo. Estoy re feliz”, expresó en los micrófonos de Radio Sarmiento.

El hombre aseguró que su hija “está muy contenta de estar en casa”, donde continuará la rehabilitación y que ahora pondrán todas sus energías en la pronta recuperación de Camila. Los familiares junto a Javier prepararon carteles de bienvenida con globos para recibirla en la casa. “Cuando llegamos se sonrió, empezó a leer los carteles y me dijo que estaba muy feliz de estar en la casa y que me amaba mucho”, manifestó a su vez destacó que “ese fue un momento de plenitud luego de estar tanto tiempo en la clínica y de no poder verla bien”.

Brusotti señaló que la familia de su exesposa estuvo presente en todo momento y también cuidó de Camila cuando permanecía internada en el CIMYN. “Tengo buena relación con la familia y van a venir cuantas veces ellos quieran. Esta todo bien y están preocupados por la niña. Camila está feliz de tener a toda su familia tanto de la madre como del padre con ella”, manifestó.

Respecto a la investigación penal, Brusotti destacó que “no está muy interiorizado de la causa por el secreto de sumario” pero alegó que para él “si alguno de los dos le pegó, no sé bien quién, el otro es cómplice porque cubrió y tapó la situación”.

Camila ingresó al CIMYN el 25 de octubre con fuertes golpes y en estado de inconsciencia que pusieron en peligro su vida. Pese a que su madre y su padrastro aseguraron que cayó de un caballo, los médicos demostraron que la menor era víctima de violencia doméstica. La justicia investiga el caso, que por el momento tiene como único detenido a Pedro Oris (34) quien ante el juez Benito Ortíz declaró e intento de ser el supuesto autor de los golpes en la cabeza que pusieron en peligro la vida de su hijastra y le atribuyó toda la maniobra a la madre de la nena, la docente Alejandra Ríos. Mientras que la semana pasada, Ríos prestó declaración y aseguró que tanto ella como la pequeña de 8 años “eran víctimas de Oris”.