– ¿Cómo tomó el llamado para dirigir el programa?
– Desde que me dedico a las adicciones mi discurso fue que en San Juan no había un programa provincial de adicciones y no hablo de actividades aisladas y que había una deuda pendiente. Se necesitaba una serie de actividades que tuvieran un fin, un desarrollo, un alcance provincial y no sólo con el fin de atender al que ya padece la adicción sino con el objetivo de que sea preventivo.
– ¿Qué diferencias nota en este proyecto estatal con los privados?
– No sé si hay muchas diferencias. El Estado tiene muchos recursos, casas y terapeutas, pero además de eso hace falta ganas de trabajar. Ahora, lo importante es que hay una voluntad firme de abordar el tema con seriedad, como lo hacen muchas organizaciones no gubernamentales.
– ¿Cuál es su principal objetivo?
– Tenemos que apostar a la prevención, teniendo en cuenta tenemos una edad de iniciación de 12 años, promediando y hay casos con menos edad. No se trata de una charlita, son procesos que demandan tiempo y cotidianeidad. Por supuesto, que como todo programa preventivo no veremos los resultados a corto plazo. Un buen programa de prevención debe desarrollarse con tiempo.
– ¿Por qué es importante que cada departamento tenga su propia casa?
Eso es fantástico porque que cada persona tenga cerca de su casa un centro de rehabilitación es lo ideal. De lo contrario, hay gente de Valle Fértil o Calingasta por ejemplo, que un lugar para recibir ayuda le queda lejísimo.