El único jugador que representó en esta final a nuestra provincia para UPCN fue Gustavo Molina, un producto de Obras Sanitarias y que estuvo a punto de largar el voley cuando amanecía esta temporada. Pero UPCN fue su salvación deportiva. Postergó la idea de ser policía y con el retiro inesperado de Gustavo Porporatto cuando estaba por arrancar el torneo, se ganó un lugar en la formación inicial. Demostró su madurez tanto dentro como fuera de la cancha. Creció al compás de un equipo preparado para ser campeón. Y con su capacidad se convirtió en un punto destacado. “Esto lo soñé desde que agarré por primera vez una pelota de vóley. Es algo increíble e imposible de olvidar. Quiero dedicárselo también a la gente de Obras que me enseñó todo como Chiqui Wiernes, Nito Quiroga y tantos otros. Esto es también de ellos´´, subrayó Gustavo anoche en medio de un festejo loco en el centro de la cancha del Cantoni y él siendo el orgullo de una provincia que vio por primera vez a un equipo local de vóley campeón de la Liga.
