San Juan, 22 de julio.- "Suba al mirador del Campanil y maravíllese". Esa es la frase con la que un cartel colocado a metros de la entrada a la Catedral invita a los turistas a visitar uno de los puntos infaltables al momento de llevarse un recuerdo de San Juan.
Sin embargo, lo que la gente encuentra al subir poco tiene que ver con un panorama digno de ser visitado. Manchas de orina en las escaleras, con olor nauseabundo, ventanas rotas, paredes destruidas por la humedad, graffitis por todas partes y hasta residuos. Según se supo, cerca de 40 personas suben diariamente para contemplar desde la altura el paisaje que ofrece la geografía provincial. Este número aumenta considerablemente en época de vacaciones.
El que quiera llegar hasta el mirador debe abonar $15 y lo hace sin que ningún guía lo acompañe. Posiblemente, este sea el motivo principal por el que los vándalos pueden hacer destrozos, sin ser vigilados ni castigados.
