Ni bien recibieron los guiones se dieron de que su participación en el espectáculo de cierre de la Fiesta del Sol 2014 los tendría prácticamente todo el tiempo sobre el escenario. A esa altura ya les habían informado que serían Amancay y Lautaro, los protagonistas de la puesta que encarnarán una historia de amor de desencuentros entre revoluciones. Sin embargo, para Anahí Navarro y Federico Palacios no es el hecho de tener que memorizar cada línea ni el de tener recorrer el enorme escenario durante más de una hora lo que les genera el mayor desafío, sino el de interpretar a través de su voz, en un estudio, los diversos climas que tendrán que representar en escena. Por eso, toman clases y tratan de concentrarse al máximo a la hora de plasmar los audios que se oirán el próximo 22 de febrero, en el autódromo.
El guión de "Raíces de libertad. Latinoamérica la patria grande" es complejo, pasa de las escenas más íntimas e impregnadas de amor a las más violentas y feroces de cada revolución. En los ensayos la interpretación se les hace fácil a ambos actores, a pesar de las secuelas que les quedan. "Mi personaje participa en muchas luchas, no sabés cómo me queda el cuerpo después de los ensayos, me duele todo", confiesa, Federico.
El problema mayor surge a la hora de grabar los diálogos en un estudio, despojados de toda la emoción que les provoca estar metidos representando su papel. "Estamos tomando clases de entrenamiento vocal para interpretar los distintos registros de la manera más auténtica posible", cuenta Anahí. Y Federico agrega "lo que yo hago en el estudio es ponerme los auriculares, cerrar los ojos e imaginarme en cada lugar. Si no, digo cualquier cosa".
El impacto que tiene la historia real en el relato es tal, que los chicos tuvieron que impregnarse de lo que sucedió en distintos países, en épocas que van desde 1500 a prácticamente la actualidad. Para eso, antes de ensayar cada escena por primera vez, Ariel Sampaolesi -director teatral de la obra- se sentaba con ellos y les explicaba los contextos, que ahora conocen en detalle.
A su vez, la transformación en sus rostros los tiene sorprendidos. Es que la peluquería y el maquillaje terminan de transformarlos para lograr ponerse en la piel de los dos jóvenes nativos. "Es tal el cambio que sufrís que te sorprendés. El año pasado, actué en la fiesta como Lolita Torres, y cuando salí a escena una prima mía no me reconoció", comenta Anahí.
OPORTUNIDAD PARA CRECER
Los actores aseguran que la Fiesta de Sol los ayuda a adquirir experiencia. "Uno siempre se presenta a los casting con entusiasmo, pero tratás de no hacerte demasiadas ilusiones, porque si no salen las cosas el fracaso se hace más grande", asegura Federico. Y Anahí agrega que "subir al escenario y ver esa cantidad de gente en el público es algo poderoso. Además te ayuda a adquirir experiencia, tiene peso en el curriculum e incluso puede llegar a ser una catapulta para tu profesión".
A pesar de la magnitud a la que se enfrentan, ninguno siente temor o nervios. Al contrario, a medida que se acercan los días se sienten más afianzados y seguros de su rol. "Pienso en el día de la presentación y me invade como una energía, pero no son nervios. Nos hemos preparado tanto que estoy muy segura de lo que vamos a hacer", cuenta Anahí. Y su compañero dice que "no hay que sentir miedo, sino estar preparado para que, si en medio de la presentación hay alguna falla, uno tenga la capacidad de resolverlo en el momento".

