El Gobernador llegó ayer a La Laja, Albardón, con el conjunto de gimnasia todavía puesto. Es que apuró los ejercicios de rehabilitación para poder estar presente en la entronización de la imagen del Cura Brochero. Tantas ganas tenía Gioja de estar, que incluso luego de quedarse en toda la misa, fue el primero en tomar el altar en donde estaba la imagen del cura gaucho, y junto a cuatro personas más, caminaron 30 metros para trasladarla hasta la gruta.
‘El beato estuvo presente en toda mi recuperación. Allá en Buenos Aires todo el tiempo le rezaba a él y le pedía que me ayudara con mi salud. Incluso me consiguieron imágenes de él que aún hoy las conservo en mi casa”, contó Gioja, quien además recordó que el año pasado él estuvo presente cuando el Cura Brochero fue beatificado por el Vaticano.
El Gobernador llegó pasado el mediodía y apenas se bajó del auto fue recibido por una multitud de fieles que participaban de la entronización. Pero la gente dejó de lado la misa y se acercó al máximo mandatario a saludarlo y besarlo, incluso cuando estaba dentro de la gruta.
La misa de entronización fue oficiada por el arzobispo Alfonso Delgado, quien junto a los devotos del Cura Brochero hicieron una cabalgata de 8 kilómetros hasta llegar a la gruta que está ubicada en La Laja. Una vez que se ubicó la imagen en su nueva morada, todos los que participaron de la cabalgata disfrutaron de un asado que fue preparado para terminar de la mejor manera la celebración católica que se vivió ayer en Albardón.

