El colegio de graduados de geología de la Universidad de Tucumán respondió a los cuestionamientos de Pérez Esquivel y Montenegro: “¿Vergüenza Nobel, deberíamos llamarlo tal vez?, ya que como seguramente conocen, Alfred Nobel fue el descubridor e inventor de la dinamita y precisamente fue minero. Con su patente ganó una gran fortuna y por lo tanto se trataría también de un premio de dinero manchado de sangre, más allá del póstumo arrepentimiento del mismo Alfred Nobel a causa de los estragos de la guerra y de la dinamita”.
Manuel Benítez -presidente del Directorio de YMAD y actual presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM)- destacó que “uno siente que ha sido agraviada la memoria de Peirano, un gran profesor que tuvo el extraordinario gesto de donar sus derechos personales a la Universidad Nacional de Tucumán. Creo que también hay un agravio hacia las universidades, hacia los mineros, a los geólogos, médicos, contadores, maestros, que se encuentran en cada proyecto minero”, dijo. Agregó que “la verdad es que ninguna universidad ha rechazado los fondos”.
