Con sólo cerrar los ojos y percibir los aromas se puede comenzar a descubrir la oferta gastronómica y guiarse para ir hacia donde el paladar lo indique. El calor de las llamas y las brasas se une al olor del humo que emana de las carnes asadas y sobresale al principio. Luego, se pierde entre el aroma del aceite que chirrea mientras se cocinan los pasteles fritos. La vista se desvía hacia una pierna de jamón cuidadosamente colocada sobre un pie y rodeada de fiambres diversos. Y los stands de comidas rápidas atraen con su presentación y diversidad. Todo se mezcla con el sonido de los distintos ritmos que llegan desde el escenario y acompañan el menú. Así, la Fiesta de las 2 Puntas, que se extenderá hasta mañana, ofrece una variedad diversa de comidas que generan una lucha de sentidos y se adaptan a todos los gustos y bolsillos.

Las brasas naranja que dan calor y van dorando los chivos acomodados en fila están en la carpa central del predio. A su lado, los perniles de cerdo se asan sobre la parrilla. Y los asadores cortan las porciones que salen una tras otra. El plato de carne, acompañado por ensalada y pan, se puede conseguir a 40 pesos.

Con ellos compiten la punta de espalda a las llamas acompañada de chorizos y morcillas, "de puro cerdo", deja claro el asador. La porción también sale 40 pesos. Y mientras la gente camina al lado de las parrillas y el humo para elegir la carne, el sonido del folclore se escucha desde el escenario acompañado por los bailarines del Ballet Municipal de Rivadavia.

También combinados con la música, están los stands de fiambres, donde la especialidad es el sánguche de jamón crudo con pan casero, que vale entre 8 y 10 pesos. Y, quienes quieran, pueden llevarse la pierna completa de jamón, pagando entre 320 y 350 pesos. Acompañan la opción las coloridas tablas de picadas, que se ofrecen desde 25 pesos, y el arrollado de cerdo, que vale 8 pesos los 100 gramos.

Otra alternativa es la carpa VIP, que espera a los comensales con mesas vestidas de blanco, copas y una vista directa al escenario, aunque, por la lejanía, sólo se observa a través de las pantallas. Allí la oferta es variada, pero accesible: el pollo al disco se puede conseguir a 35 pesos, igual que la brochette de cerdo y ternera. Las empanadas salen 24 pesos la docena y las pizzas, entre 25 y 30 pesos.

Lo que más atrae a chicos y jóvenes, por la vista de los stands, son las comidas rápidas. En el menú hay de todo: panchos de entre 6 y 8 pesos, choripanes y hamburguesas a 10 pesos y lomos a 25 y 28 pesos. Otra opción es la pierna de ternera en sánguche. Con un atractivo adicional: cada persona prepara el suyo. Primero toma el pan, después elige la porción de carne y, si quiere, pide que le coloquen lechuga y tomate. Luego, puede seleccionar las salsas que más le gusten. Hay de ajo, Vittel Toné y, sólo para los que se animan a lo picante, está la Salsa Diabla, que contiene picante, cilantro, perejil, ajo y ajíes mexicanos. Todo el combo por 15 pesos.

También hay opciones importadas. El tradicional shawarma árabe, armado con una masa de harina de maíz que contiene carne cocida a la llama y salsas variadas, cuesta 12 pesos, y los tacos mexicanos, 7. Y una innovación, el Pollo Crispy, tradicional en Estados Unidos. La caja con trozos de pollo cubiertos con hierba y fritos acompañados con papas, cuesta 15 pesos.

En cuanto a la bebida, se puede tomar vinos de entre 20 y 48 pesos, gaseosas a 15 pesos la de 1,25 litros, o a 5 pesos el vaso. Y cerveza a 10 pesos el litro u 8 pesos el vaso. Para terminar, el postre. Hay bombones tradicionales árabes, que valen 1,75 pesos cada uno, helados de entre 3 y 9 pesos y licuados que salen entre 10 y 15 pesos.