Durante la campaña ‘San Juan libre de humo’, que la filial local de la Federación Argentina de Cardiología realizó la semana pasada en la Peatonal, los especialistas hicieron una encuesta entre quienes se hicieron una medición de monóxido de carbono (CO). Y uno de los datos más preocupantes es que 1 de cada 4 fumadores pertenece al grupo de alto riesgo por la detección de elevados niveles de monóxido de carbono en su organismo, lo que genera un efecto tóxico al desplazar el oxígeno de la sangre.
La encuesta fue realizada entre 600 personas y este grupo de alto riesgo presentó más de 20 partes por millón de CO, cuando el valor normal apenas llega a 5 partes por millón (para detectar el CO, las personas soplaron en una pipeta especial, en lo que se denomina cooximetría). ‘Entre las 4.000 sustancias tóxicas que concentra cada cigarrillo, el monóxido de carbono representa una de las más agresivas para nuestro organismo. El CO ingresa en los glóbulos rojos y desplaza al oxígeno, mientras que combinado a la nicotina predispone a sufrir infartos, ACV, isquemia de miembros inferiores, bronco-constricción (disminución del diámetro de los bronquios) y aumento de las enfermedades respiratorias, entre otras’, explicó la cardióloga Sofía Nievas, coordinadora de la campaña.
En general, existe una relación directa entre el número de cigarrillos consumidos y las concentraciones de CO en el aire espirado por el fumador. De manera que a un mayor número de cigarrillos le corresponde mayores concentraciones de CO en el aire espirado. Según los cardiólogos, la utilización de la cooximetría permite que los fumadores puedan tener un parámetro objetivo que les indique el daño que el tabaquismo produce en sus organismos.
Por otro lado, la encuesta reveló que el 96% de las personas que fuma está preocupado por las consecuencias que trae el cigarrillo sobre su salud, a la vez que el 90% de los individuos realizó algún intento fallido de cesación tabáquica. Otro dato llamativo es que la mayoría de los encuestados refirió conocer la ley nacional que prohíbe fumar en lugares cerrados, (98%), sin embargo desconocían la forma de hacer que se cumpla. ‘A su vez, para sorpresa nuestra, el 95% de los consejos sobre dejar de fumar lo dan los familiares y no el personal de salud’, acotó Nievas.
La encuesta que se llevó a cabo forma parte de un trabajo científico que preparan para una publicación de la Federación Argentina de Cardiología.

