La obra en sí ya es un clásico elaborado sobre poemas "Goliardos" que son como dice el título "Canciones profanas" pero nada más y la música de Carl Orff -que era profesor- logra un ritmo y melodía realmente muy lindos. El mismo argumento no sólo se presta, sino que supone que desde el "O Fortuna" inicial (ni qué hablar del "Ego sum Abbas") aparezcan obispos, monjes, abades, etc., y ya es sabido que necesariamente deben aparecer no sólo aludidos sino expresamente representados. Recuerdo una versión de hace bastante tiempo en el Teatro Colón que fue magnífica y todo eso aparecía de modo normal "artístico". 

Me parece más práctico, y seguramente muchísimo más barato, preparar una linda ópera para inaugurar el teatro y cualquier persona con un dedo de frente podría haber imaginado la posibilidad de que la suma de "los poemas goliardos" (que, en sí mismos, no tienen nada de terrible), más la escenografía "previsible" de estos "raros" (para mí, por supuesto) podía desembocar en alguna exageración o provocación. Pero se me ocurre que no hay que exagerar las cosas.  

Me parece que para inaugurar un teatro de ópera hubiera sido totalmente lógico representar una ópera y no Carmina Burana. El conjunto La Fura dels Baus siempre me pareció sencillamente horrendo, pero no por nada ideológico -que debe tener-, sino simplemente porque no son de mi gusto artístico. Creo que está de moda y cierta mentalidad snob le da lugar. Quizá alguien aquí pensó que ellos iban a asombrar.