En la cuarta jornada de su viaje a México, el Papa celebró ayer una misa ante unos 20 mil religiosas, religiosos y seminaristas, y les pidió que no sean ‘funcionarios’ de lo divino ni ‘empleados de Dios’.
El Papa animó a los presentes a no caer en la tentación del inmovilismo. ‘No somos ni queremos ser funcionarios de lo divino, no somos ni queremos ser nunca empleados de Dios‘, les dijo el Santo Padre.
Francisco eligió Morelia, capital de Michoacán, uno de los más violentos por la fuerte presencia de narcotraficantes.