�Mauricio Macri habló por primera vez del ‘fideicomiso ciego‘, en el cual pondrá sus bienes para que otros los administren hasta el final de su mandato, diez días antes de asumir la Presidencia, y explicó por entonces que estaba ‘buscando un instrumento que le dé mayor transparencia‘ a su situación patrimonial.
La aparición dentro de la montaña de información de los Panamá Papers de una empresa radicada en un paraíso fiscal en la cual él era directivo y la imputación de la Justicia, obligó al Presidente a retomar el tema.
La figura, que consiste en poner en manos de un tercero independiente su propio patrimonio, sin posibilidad de tener conocimiento sobre el manejo de los bienes que depositó en un fideicomiso para evitar conflictos de intereses, es utilizada en los EEUU (‘blind trust‘) para que la información privilegiada de la que dispone el primer mandatario no sea utilizada en su propio beneficio. En teoría, al ser ‘ciego‘, quien delega la administración de sus bienes no puede saber qué se está haciendo en materia de inversiones ni influir en ninguna dirección. No obstante, en otros países, parece haberse vulnerado las reglas, por lo cual fueron criticados por no ser ciento por ciento confiables. En Chile, el expresidente Sebastián Piñera, amigo personal del argentino, es el antecedente directo por el cual Macri parece haberse decidido por esta variante, aunque al chileno le valió muchas críticas de falta de transparencia, sobre todo por las acciones que tenía en la aerolínea LAN.
