Otro gobernante en ejercicio con cáncer fue el paraguayo Fernando Lugo, a quien le diagnosticaron uno de tipo linfático en agosto de 2010, del que se trató igualmente en el Hospital Sirio Libanés, donde recibió tres sesiones de quimioterapia y tuvo que ser internado además por una trombosis en octubre del mismo año. El resto del proceso médico -otras tres sesiones de quimioterapia- lo cumplió en su país, tras lo cual ha dicho que está ‘muy bien‘ y se ha descartado la reactivación del cáncer, aunque los chequeos oncológicos lo han obligado en varias oportunidades a cancelar durante un par de días sus actividades oficiales. Justamente Lugo, tras enterarse ayer en la Cumbre Iberoamericana que se realiza en Paraguay de la enfermedad de Lula, pidió a sus colegas cuidar su salud. Y es que las responsabilidades, el estrés y los viajes casi siempre pasan factura a quienes ejercen el poder. El haitiano René Préval, quien traspasó el poder en mayo pasado a Michel Martelly, también escogió a Cuba para tratarse el cáncer de próstata, del que fue operado en ese mismo país en 2001.
