�Desde que Los Huayra, de Salta, subieron al escenario, los jóvenes del público dieron rienda suelta al canto y al baile. No sólo cantaron todos los temas que interpretó este grupo, sino que también bailaron varios de ellos frente al escenario. Quienes no pudieron acceder a ese lugar, permanecieron detrás de las vallas revoleando remeras y pañuelos. El grupo se despidió tres veces del público porque cada vez que intentaron irse la gente les pidió ‘otra’.