Ni Roma, ni San Juan. Francisco Paolini tenía decidido que sus restos descansaran junto a los de su amada Irma, su pareja por 40 años, quien fue sepultada en abril de 2012 en Mendoza. Ayer, el empresario que amasó una fortuna en obras viales y fuera a la quiebra por el Dique Cuesta del Viento, dejó este mundo a las 4 de la mañana, internado en el “Santa Clara”.
Francesco, su verdadero nombre, nació en la localidad italiana de Rieti, el 18 de septiembre de 1932. Experimentó el hambre y otras miserias por la II Guerra Mundial y siendo un veinteañero, se embarcó en su sueño americano. Tras un breve paso por Buenos Aires, en Venezuela encontró estabilidad económica en el transporte y en 1960 regresó a Argentina, pero esta vez se asentó en Mendoza.
El italiano de voz estridente, que nunca borró su lengua materna al momento de pronunciar, compró su primer camión y se dedicó al transporte de materiales. Su espíritu de crecimiento lo impulsó a tomar una obra vial, que fue un simple enripiado. Y un siempre molesto dolor de muela, en una de esas primeras obras, fue la punta del ovillo de su vida que no era la laboral. Buscó atención odontológica y ahí conoció a Irma, a quien tuvo siempre a su lado.
Para 1964, Paolini se adjudicó su primer trabajo vial en territorio sanjuanino, específicamente en Albardón. Fue por unos días inusualmente lluviosos que la obra se extendió más de lo previsto, y ese tiempo extra fue lo que le permitió descubrir al empresario una tierra de nuevas oportunidades. Sería su última mudanza.
“Francisco Paolini Construcciones” fue creciendo sin pausa y comenzó a pavimentar las rutas principales: en 1975, la 147 desde Las Casuarinas hasta el límite con San Luis; la 40 desde La Rinconada hasta el límite con Mendoza en 1977; ese mismo año la Avenida de Circunvalación; el Acceso Sur en 1979.
Las grandes obras continuaron en los “80, ya afuera de la provincia. La empresa conseguía adjudicaciones en Tucumán, La Rioja, San Luis, Mendoza, La Pampa, Neuquén y Río Negro. Llegó a contar con 1.000 personas contratadas y su patrimonio neto en 1989 superó los 20 millones de dólares.
Considerado ya como uno de los personajes más influyentes en San Juan, sus fiestas y agasajos también eran famosos. Como en 1986, cuando la pareja invitó a 80 integrantes de Protea a pasar unos 20 días en Italia.
Y para la década del “90 apareció un desafío mayor, construir el Dique Cuesta del Viento. Pero las demoras en el pago por parte del Estado llevaron la empresa a la quiebra. Fue el 2 de febrero de 1999. Entre los remates, fue particularmente llamativo un Lincoln modelo “93, que parecía de película.
Aunque la empresa fue rehabilitada en marzo de 2000, el tiempo de las megaobras quedaron en el pasado. El matrimonio, sin hijos, continuó indisoluble, hasta la muere de Irma. Entonces se fue deteriorando la salud de Francisco. Hace 4 meses ingresó a un geriátrico. Su última semana de vida fue en el sanatorio “Santa Clara”. En el Día de los Enamorados, sin velatorio mediante, sus restos fueron a descansar al lado de los de Irma.