Los paneles solares utilizados para la captación de energía solar son lingotes cristalinos fabricados a base de silicio. Son cortados en discos finos como una oblea. Luego son pulidos para eliminar posibles daños causados por el corte. Se introducen dopantes (impurezas añadidas para modificar las propiedades conductoras) dentro de las obleas, y se depositan conductores metálicos en cada superficie. Una fina rejilla en el lado donde da la luz solar y usualmente una hoja plana en el otro. Para protegerlos de daños en la superficie frontal causados por radiación o por el mismo manejo de éstos, se los enlaza en una cubierta de vidrio y se cimientan sobre un sustrato (el cual puede ser un panel rígido o una manta blanda).
