Con una escena dantesca se toparon en una finca pocitana. Varias vacas muertas, ultimadas con algún objeto contundente en sus cabezas pero con una única intención -en un principio-: sólo de asesinarlas. 

 

Todo ocurrió en una propiedad ubicada en Calle 11 pasando América,  a dos kilómetros del nuevo frigorífico y frente al Cerro Barboza, en Pocito. No se sabe si sólo quisieron matarlas o el paso siguiente era llevarlas y comercializar esa carne.