Expresar la fe con creatividad fue la idea que ayer primó en la procesión que se realizó desde la Parroquia María Madre de Dios, en el barrio Aramburu de Rivadavia, hasta la Basílica de Desamparados. Los fieles recurrieron a los colores representativos del catolicismo para lograr este objetivo. Unas 400 personas participaron de este evento que se realizó para dar cierre a la Semana Eucarística.

De a poco comenzaron a llegar los peregrinos en grupo e identificados con un color diferente. Los que llegaron de la zona Este de Rivadavia, usaron el celeste mientras que los que vinieron de la zona Centro recurrieron al blanco, ambos colores representativos de la Virgen. En tanto que las personas que arribaron de la zona Oeste, prefirieron identificarse con el amarillo, uno de los colores papales.

Arrancó la procesión y estos tres colores invadieron la calle. Banderas, vinchas, pañuelos y hasta globos fueron los elementos que portaron los peregrinos durante toda la caminata. Los agitaron con energía cada vez que cantaron una alabanza o para recibir a los fieles que se fueron sumando al contingente a lo largo del camino.

La procesión incluyó 4 etapas. En cada una los fieles le rezaron al Santísimo Sacramento para que les ayudara a alcanzar la misericordia. En la primera etapa el sacerdote les pidió que pensaran en la persona que les causó sufrimiento y pidieran la bendición de poder perdonarla.