Guillermo Nozica, de Rozagno consultores y uno de los asesores por más de 25 años de la firma, explicó que "lo importante es que son sistemas para plantas vigorosas por lo que la fertilización, sanidad y riego deben estar siempre en niveles óptimos. Se ha trabajado a niveles de potasio y magnesio y la relación entre ambos para evitar que en el raquis haya problemas de desecamiento.
Para esta cosecha se evaluará las pérdidas por desgrane, cosecha mecánica, rendimientos de producción de descartes en proceso de comparación con el sistema tradicional, curvas de deshidratación y tiempos, habiendo tenido resultados desde 4 a 6 semanas anteriormente".
Estados Unidos tiene 90 mil hectáreas de uvas para pasas siendo el 85% Sultanina y Fiesta la segunda en importancia y muy adaptada por vigor y adaptación a DVO la variedad Selma Pete. California está produciendo el 20% por este método utilizando los espalderos típicos, construyendo espalderos específicos y el sistema en lira y en menor proporción en parrales.
"El americano prefiere los diferentes tipos de espalderos por menor costo de implantación y porque usan las mismas máquinas de cosecha para vinificar. El parral es de costo alto y tiene maquinarias diferentes y para la rentabilidad de la pasa prefieren invertir en almendros de mayor y fácil mecanización y menor costo de implantación al no tener estructuras. Esperamos en un 40% la reducción del costo de cosecha y preparación y debemos hacer nuestro propio modelo y para nuevas variedades y condiciones de nuestro clima en San Juan. El desafío recién empieza".
