Cada detalle fue cuidado. Desde el bronce de la flor que trasladó el fuego encendido hasta el lugar donde permanecerá durante un año, en la Iglesia Catedral de San Juan, hasta el mango de aluminio, diseñado para poder sostenerla firmemente sin que pese demasiado. Fernando López, el herrero y artesano que la confeccionó, pensó en todo antes de diseñar la Antorcha de la Educación, el símbolo que desde este año será propio de esta fiesta, porque antes había que pedir una prestada a la Subsecretaría de Deportes y devolverla después.
‘Cuando empezamos a celebrar esta fiesta, tuvimos la idea de que la Antorcha de la Educación fuera el elemento que simbolizara algo perenne y que siempre está encendido. Por eso, era un poco un contrasentido que esta fiesta no tuviera su propia antorcha‘, dijo Luis Eduardo Meglioli, secretario de Cultura y Educación de la Capital. Para concretar esta idea, eligió al artesano López, un herrero que desde hace 10 años trabaja en madera y metal y que cada domingo ofrece sus artesanías en el Paseo Municipal del Parque de Mayo. ‘Soy un artesano categoría 2B‘, se enorgullece, mientras exhibe la Antorcha de la Educación que realizó con sus manos, en una caja de quebracho que él mismo preparó para guardarla una vez que pase la fiesta de este año.
Estilizada y sencilla dentro de su belleza, la Antorcha tiene forma de flor en su parte superior, que está hecha en bronce, para poder portar el fuego. ‘La flor mide 18 cm y es bastante pesada, casi 1,5 kg. No es ninguna flor en particular, simplemente una flor para contener el fuego‘, explicó López. El mango, en cambio, fue pensado con mucha practicidad. ‘El primer modelo que hice era todo de bronce, pero quedó muy pesado. Como esta es una antorcha que va a ser trasladada por niños y adolescentes, había que pensar en algo más liviano. Entonces, probé con hacerlo de aluminio, un material muy resistente y al mismo tiempo, mucho más liviano que el bronce‘, explicó el artesano.
En total, la Antorcha de la Educación mide 48 centímetros de largo. Su peso total, con el mango incluido, es de 1,850 kg. ya que el mango pesa poco menos de medio kilo. Para su diseño, Fernando López trabajó sobre un modelo dibujado y sobre la idea de otras antorchas, pero con menos líneas rectas.
‘Fue todo un desafío, porque si bien yo he trabajado en bronce y otros metales, nunca había hecho una antorcha. Hace diez años que me dedico a hacer discos de arado, cepos para jamones y tablas, que si bien son artesanías, tienen un uso más práctico. Esta antorcha es una pieza única y me llena de orgullo pensar que algo que yo hice, va a durar toda la vida‘, agregó López.

