Más nerviosa que su modelo, la joven estudiante de peluquería terminó de poner fijador en el trabajado peinado de época. Las torsadas y los bucles completaban el atuendo y vista en su conjunto, la modelo parecía salida de una estampa del 1800. Fue en el desfile de cierre de la Muestra de Escuelas Técnicas de Capacitación Laboral, que reunió a gran cantidad de público anoche en la Plaza Seca del Centro Cívico.
Durante toda la jornada, profesores y alumnos expusieron orgullosos el fruto de lo aprendido durante el año. Había cerámicas, plantas, productos gastronómicos, artesanías en tela, cuero y madera, dulces, tortas de boda y adornos, entre otros. Pero también las escuelas que se dedican a la enseñanza de oficios como electricista estuvieron presentes, mostrando distintos tableros realizados por los propios alumnos. "Yo vengo todos los años, porque creo que hay que apoyar a estas escuelas. Hay gente joven que si no fuera por lo que aprende aquí, no tendría en qué trabajar. Y en muchos departamentos alejados, son las únicas escuelas que están presentes", dijo una señora que ya había elegido unos manteles pintados en tela para llevarse a su casa.
El cierre, esta vez, fue con show. A medida que se acercaba la noche, los encargados de realizar los peinados de época que lucirían las modelos en el desfile corrían de un lado para el otro. Una pasarela roja, ubicada en el centro de la Plaza Seca, sirvió para que las modelos mostraran prendas y peinados realizados totalmente por alumnos de las diferentes escuelas. El tema elegido fue el Bicentenario y por ello, convivieron peinados y maquillaje artístico con trabajosos recogidos, que armonizaban perfectamente con la indumentaria seleccionada. Dos parejas de bailarines, con trajes de época, eligieron una particular manera de mostrar su ropa y peinados, al bailar un minué y una polca militar.
Los vestidos de novia, cuidadosamente elegidos para mostrar peinados muy elaborados que concordaran con el estilo, arrancaron aplausos a la concurrencia, que permaneció hasta el final para admirar el trabajo de los estudiantes. El cierre fue la gran recompensa. Cansados pero satisfechos, alumnos y profesores recibieron el saludo y las felicitaciones de los concurrentes, que se materializaron a través de los aplausos con que acompañaron la finalización del desfile de modas.

