Ni bien llegó a la puerta del templo, Alicia Romero juntó sus manos y comenzó a rezar, sin poder contener la emoción. Tuvo covid-19, pero pudo sortear la enfermedad y conservar su puesto en el comercio. Es por eso que quiso dar gracias y pedir salud para poder seguir trabajando. Sucedió ayer, en la capilla de San Cayetano, en Chimbas, donde los fieles se congregaron para agradecer y también pedirle al santo que les dé salud. Esto fue durante la misa central, de las 16, para celebrar las fiestas patronales en honor al patrono del trabajo y del pan.
"Si no tenés salud no podés trabajar. Por eso este año vine a pedirle a San Cayetano que permita que mis hijos y mi esposo sigan sanos sin que les dé coronavirus. Y si les dá, que puedan recuperarse rápido y bien’, dijo Dorita Cortés, una vecina de Chimbas.
En tanto que Juan de Dios Galvez, un verdulero que hace 30 años asiste a la misa en honor a este santo, este vez quiso dar gracias, pero con un mayor compromiso. Donó una bolsa de papas, una de camote, una de zapallo y una de zanahoria a la capilla para que distribuyan estas verduras a los comedores. "Gracias a Dios y a San Cayetano tengo salud y, a pesar de la pandemia, pude seguir trabajando. Por eso quise hacer esta ofrenda para agradecer las bendiciones recibidas’, dijo el hombre.
La salud también una de los temas que se tocó durante la celebración de la misa. En primer término por la ausencia de monseñor Carlos María Domínguez que no pudo asistir a la ceremonia por ser contacto estrecho y estar aislado. Y en segundo, porque el sermón del sacerdote hizo alusión que pidió orar por la recuperación de los enfermos de covid-19 y por el eterno descanso de las personas que perdieron la vida por causa de este virus.
La celebración en honor a San Cayetano se llevó a cabo sin ningún contratiempo y con respeto absoluto del protocolo, tanto por parte de los organizadores como de los fieles que asistieron a la capilla. Cuando se completó el cupo en el interior del templo y en el costado exterior Norte donde colocaron algunas sillas, cerraron la rejas para frenar el ingreso de gente. Muchas personas quedaron afuera, pero nadie se quejó. Al contrario, voluntariamente se fueron ubicando en la vereda y en la calle, con la distancia necesaria. Pese a estar afuera, participaron en todas las partes de la celebración. Gracias a los parlantes que se instalaron en el atrio del templo pudieron escuchar la misa, y dar la ofrenda y tomar la Eucaristía gracias a los voluntarios y ministros que salieron a brindarles esta posibilidad.
Pero, no se quedaron con las ganas de tener cerca a San Cayetano. Es que tras la misa se realizó una caravana con su imagen para que más gente pudiera saludarlo y encomendarse a él. Más de 20 vehículos participaron de esta peregrinación sobre ruedas por las inmediaciones.
Igualmente, algunos fieles se quedaron en la vereda haciendo fila. Guardaron su lugar para poder ingresar a la capilla y poder participar presencialmente de la misa de las 19, la última que se realizó en honor al santo.