Todos los días, miles de sanjuaninos caminan al lado de la cerca de madera sin saber cuál es el paisaje que se despliega detrás de ella, donde se realizan las obras de la Peatonal Rivadavia. Y si bien la actividad comercial se desarrolla como lo hace habitualmente, detrás de esas paredes improvisadas, el espacio parece dinamitado.
Si cualquier persona viera solo las imágenes del centro del espacio no podría creer que ese es el panorama en el corazón del microcentro. En sólo tres semanas desaparecieron las fuentes, carteles y pérgolas de las dos cuadras (que van desde la Mendoza hasta la Avenida Rioja). Y en el lugar quedó sólo una enorme zanja y tierra a su alrededor.
Según comentó el titular de Planeamiento del municipio, Federico Noguera, actualmente se está colocando el cableado y las cañerías. Se espera que durante el mes de julio comiencen a abrir algunas zonas, para después iniciar las tareas sobre la calle Tucumán.
Mientras tanto, como adelantó DIARIO DE CUYO, desde el próximo sábado, el tramo de Avenida Ignacio de la Roza que va desde calle General Acha se convertirá en una zona semipeatonal, donde instalarán los cafés y confiterías que hoy están en la Peatonal. Como consecuencia, la Avenida tendrá un solo sentido de circulación de vehículos que será de Oeste a Este.
Se prevé que la totalidad de las tareas de la primera etapa de remodelación finalice a fin de año. La segunda etapa de la Peatonal se concibe como semipeatonal. Se planificó supermanzanas en los alrededores de Laprida, Tucumán, General Acha y sectores que circundan a la Plaza 25 de Mayo.