Siguiendo la premisa de una ‘Iglesia que sale y que escucha’, propuesta por el papa Francisco, en la Iglesia Catedral pusieron en marcha una nueva alternativa de evangelización y contención para los fieles. Se trata del Ministerio de la Escucha, un servicio que prestan laicos capacitados y que consiste en escuchar a quienes necesitan compartir lo que sienten y acompañarlos hasta encontrar la respuesta a sus inquietudes. Este servicio es confidencial y gratuito, y funciona de lunes a viernes de mañana y tarde.

‘No se trata de una terapia psicológica ni del sacramento de la confesión. Es el hecho de escuchar al otro como Jesús escuchaba a sus hermanos’. Con esta aclaración, Andrés Riveros, sacerdote de la Catedral explicó el nuevo servicio que se ofrece en esta iglesia tanto para creyentes como para no creyentes. Agregó que el Ministerio de la Escucha se basa en escuchar a quienes no tienen con quien hablar y que necesitan desahogarse. ‘Este ministerio es un servicio de evangelización y de contención espiritual que consiste en escuchar al otro y ayudarlo a encontrar las respuestas que necesita. Quien escucha, se transforma en el oído de Dios y en el nexo entre él y la persona que habla. Su función no es discutir ni aconsejar, sino acompañar y contener a esa persona hasta que encuentra las respuestas que busca’, dijo Riveros.

El sacerdote agregó que este servicio está a cargo de laicos que se capacitaron para tal fin. Y que, además de participar en diferentes retiros espirituales, realizaron una diplomatura sobre el tema que duró dos años. En esta capacitación aprendieron conceptos básicos de religión, espiritualidad, psicología y de antropología para poner al servicio del otro.

El padre Riveros también contó que charlas del Ministerio de la Escucha son presenciales y ocasionales para las que no hay que solicitar turno para acceder a las mismas, ya que funciona de lunes a viernes, de 10,30 a 12 y de 18 a 19,30. ‘Por ahora son 15 los laicos capacitados que integran el Ministerio de la Escucha, pero se ampliará la oferta porque hay más capacitándose para prestar este servicio. Además, en la Catedral habrá un espacio físico para que funcione este ministerio. Ya se está acondicionando un box a lado de los confesionarios para tal fin. Estará listo en unos días y con todas las medidas de confidencialidad para que los fieles se sientan cómodos’, dijo el sacerdote.

 

>> ALGUNAS OYENTES

> Con el desafío de escucharse

Carola Kahil tiene 53 años y es odontóloga. Por 4 años hizo se capacitó para convertirse en una ministra de la escucha, un servicio al que considera una bendición y que presta paralelamente a su profesión. ‘Tengo una hija con discapacidad a la que le cuesta comunicarse verbalmente. A esto se suma que yo no sabía escucharla como tampoco sabía escucharme a mí. Tras un retiro espiritual comencé a aprender a escucharme y a vaciarme para poder escuchar a Dios. Así me inicié en el Ministerio de la Escucha, un servicio al que considero una bendición. Tengo el anhelo de poder ayudar a la gente escuchándola y guiándola para que encuentre las respuestas que necesita. Soy un instrumento de Dios y al servicio de quien necesite un oído que lo escuche’, dijo.

 

Con la mediación como incentivo

Mariana Gil tiene 52 años. Es abogada mediadora y está acostumbrada a escuchar y a ponerse en el lugar del otro. Este fue el incentivo principal para convertirse en ministra de la escucha, sumado a la convicción de que los laicos también deben involucrarse en las tareas de la Iglesia. ‘Creo que no tenemos que esperar que los sacerdotes y demás religiosos hagan todo. Nosotros también podemos colaborar con tareas eclesiásticas. Por eso decidí de ser ministra de la escucha. Mi debut va a ser la semana y me entusiasma pensar que con escuchar puedo ayudar a quien necesita encontrar sus respuestas. Todos deben estar tranquilos porque nuestra misión no es aconsejar ni juzgar, es acompañar en el proceso de encontrarse con uno mismo y con Dios’, dijo.

 

> Con la iniciativa del servicio

Marta Martínez tiene 58 años y es fonaudióloga. Desde hace 10 años pertenece al grupo de adoradores perpetuos de Fátima, y luego se sumó al grupo de oración contemplativa de la Catedral. Y fue ella quien dio el puntapié para el inicio del Ministerio de la Escucha. ‘Durante la Novena de San Juan Bautista le propuse al padre Andrés Riveros poner en marcha este servicio porque ya éramos bastante los capacitados para hacerlo. Me dijo que sí. Ya pude prestar el servicio y fue muy reconfortante. La gente viene y se sienta frente mío y comienza a hablar sin que le pregunte nada. Ahí se ve la necesidad que tiene de que alguien los escuche, aunque luego de un rato se da cuenta que en realidad necesita escucharse a sí misma’, sostuvo la mujer.