A diferencia de la fiesta de otros años, donde las escenas transcurrían en diferentes frentes que obligaban al espectador a girar en sus sillas, en esta edición, el público sólo tendrá que mirar hacia adelante. Es que se ha levantado una caja escénica tradicional -como si fuese una especie de teatro- claro que de grandes dimensiones, lógicamente adaptada a la enormidad del terreno de Zonda. Esta vez el escenario mide 45 metros de largo y tiene 4 niveles de altura del piso, de todos modos, hay sorpresas y acciones de los actores que ocurrirán a mayor altura, superando los 20 metros del suelo.

Este año, no habrá mapping ni imágenes plasmadas en la geografía del lugar o inclusive la escenografía, como sí los hubo y en cantidad en las ediciones del 2013 (cuando se trató de las Mujeres Argentinas), 2014 (Latinoamérica, patria grande) y el 2015 (Pasiones Argentinas). De todos modos, habrá pantallas donde se proyectarán imágenes complementarias de las actuaciones y los bailes. Y, por supuesto, sorpresas y trucos técnicos sobre el escenario.