En acción. Una de las actividades que más le gusta a Mauro es poner música. De hecho, tiene una empresita de sonido e iluminación.

 

Jamás imaginó que atravesar la rotonda de calle 25 de Mayo y Las Heras iba a cambiarle por completo sus días. Un vehículo impactó sobre su moto y terminó en estado de coma, quebrado, con golpes en la cabeza y los riñones muy dañados hasta el punto de necesitar un trasplante. Luego de un tiempo, Mauro Jofré, que vive en Rawson, empezó a perder la visión hasta quedarse totalmente ciego. Entonces tenía 23 años. Ahora, 13 años después, asegura que todo eso le enseñó muchas cosas y que no necesitó psicólogo para superar el trauma y aprender a vivir sin poder ver. Lejos de deprimirse, sabe que su tarea puede alegrar y ayudar a mucha gente. Por eso, entre las tantas cosas que hace, acaba de iniciar un taller de PC en la Biblioteca Popular Sur donde le enseña a personas ciegas a utilizar la computadora con la aplicación de programas especiales.

Mauro acaba de cumplir 36 años y tiene mucho humor. Conocido en el ambiente de la música porque, además de participar en una banda que acaba de ser elegida como revelación de Rawson para participar de la Fiesta Nacional del Sol 2019, es DJ, algo que hacía antes de perder la visión. Ducho con las computadoras, no tardó en darse cuenta que acá no había lugares para que las personas ciegas pudieran acceder a la informática de manera organizada. Entonces, como ya había trabajado en la Biblioteca Popular Sur, de Rawson, enseñando a los no videntes a leer Braille, tras haber conseguido una impresora para ese lenguaje, se le ocurrió que podía dar un paso más. Es por eso que desde el viernes pasando está dando un taller de computación para personas ciegas.

Ya tiene 12 alumnos y lo que les enseña básicamente es a manejar el teclado de la computadora. Mientras que trabaja con programas especiales para ciegos, que están basados principalmente en lo auditivo. "Cuando me quedé ciego, el desafío fue dejar de usar el mouse para pasar a depender del teclado con el que se puede hacer todo. Parece algo fácil pero cuando no se está acostumbrado a utilizarlo, lleva tiempo adecuarse. Además, muchos ciegos ni siquiera saben qué es una computadora. Otros están estudiando y la usan como herramienta. Lo que busco en el taller básicamente es que aprendan a manejar todo con el teclado"; dice Mauro. "Creo que no quedarse sentado es la consigna. A mí, la música me salvó, no necesito terapia. Aprendí a vivir sin ver y eso es lo que me toca. Lo asumo como viene y sigo adelante", agrega.

Mauro quedó ciego tras un accidente automovilístico. En esa época trabajaba en un hipermercado, estaba en cuarto año de Enfermería y de noche ponía música en un boliche. Volviendo de trabajar fue atropellado. Tuvo múltiples quebraduras y los riñones dañados. Tanto así que al tiempo tuvo que ser trasplantado. Seis meses después de esto comenzó a perder la visión y en menos de un año estaba totalmente ciego. A pesar de ello nunca bajó los brazos. Hoy es padre de una nena de 4 años, quien, asegura, es el motor que lo hace seguir adelante cada día.

El taller

Mauro Jofré dicta los talleres de computación para ciegos cada viernes en la Biblioteca Popular Sur, que está por calle Mendoza, en Rawson. Si bien recién empieza, ya tiene 12 alumnos que asisten a sus clases.