Ya casi es imperceptible su tonada y muestra tanto fanatismo por las costumbres sanjuaninas que nadie podría afirmar que Patricia Espinoza, de 62 años, es chilena. Desde 1976 vive en San Juan y durante su estadía se propuso aprender a hornear pan, semitas y empanadas siguiendo las recetas típicas de esta provincia. Aprendió tan bien que representó a San Juan en ferias gastronómicas en otras provincias y fue elegida para enseñarle a cocinar estos platos a los niños que durante las vacaciones de verano fueron a la Casa Natal de Sarmiento. Dijo que no se olvida de su tierra natal, pero que se siente una sanjuanina más.
El 13 de enero de 1976 llegó a San Juan tras el golpe militar en Chile y en busca de un mañana mejor. Cuatro años más tarde se casó con un sanjuanino y ahí comenzó a incursionar en las recetas típicas de la provincia. ’Quería aprender a cocinar pan, semitas y empanadas para servirle a mi marido. Me sentía comprometida en involucrarme en todas las costumbres de estas tierras que se convirtieron en mi hogar’, dijo Patricia.
No quiso comprar libros de cocina para aprender a cocinar estos platos. Consultó a las vecinas más viejas de Angaco, donde aún vive, para escuchar sus recomendaciones y seguirlas al pie de la letra. ’Las primeras semitas me salieron como si fueran de plástico, fue hasta que le agarré la mano a la cantidad de levadura que debía ponerles. Los domingos organizaba almuerzos para que mis amigos probaran las empanadas. Los hice padecer mi cocina al principio y hasta que me perfeccioné’, agregó la mujer.
Cuando finalmente le ’agarró la mano’ al arte culinario local, Patricio comenzó a hacer semitas y pan para vender. Así fue ganando mercado y prestigio. Fue elegida por el municipio de Angaco para representar al departamento en una feria gastronómica y artesanal en Oberá, provincia de Misiones, en el 2014. ’Nunca pensé llegar tan lejos. Es por eso que seguí aprendiendo a preparar otros platos sanjuaninos. Ahora hago dulce de membrillo artesanal y diferentes conservas. Pero aún me queda mucho por aprender’, dijo.
Por el buen desempeño como cocinera de platos típicos sanjuaninos, este año Patricia también fue elegida para enseñarles a cocinar pan, semitas y empanadas a los niños que visitaron la Casa Natal de Sarmiento durante las vacaciones de verano. Tuvo que usar el horno de barro. ’Aprendí a usar este tipo de horno siguiendo también el consejo de las vecinas. No me costó aprender, aunque confieso que al principio se me quemaron las semitas. Creo que mi secreto es que cocino estos platos con mucho amor, agradecida por lo que esta tierra y su gente me dio’, dijo.