Pertenecen a un cuerpo de élite de la Policía que actúa en situaciones de máximo riesgo y bajo mucha presión para conseguir un objetivo prioritario: salvar la vida de los civiles involucrados. Es por eso que se someten a un entrenamiento de gran rigurosidad y dureza, tanto en lo físico como en lo psicológico, para cumplir con su misión. Son los efectivos del GERAS, Grupo Especial de Rescate y Acciones de Seguridad, de la Policía de San Juan, que llegan al punto de la deshidratación y de la hipotermia para desarrollar una resistencia extrema y aprender a salvar vidas. Este mes, la división cumplió 31 años.

Su sola imagen impacta. Con los rostros tapados y armamento de gran calibre se deslizan sigilosamente sin hacer ningún tipo de ruido. Sólo un golpe seco para derribar la puerta y el grito de “avance” rompe el silencio antes de que comience la acción. Este ejercicio está incluido en las prácticas constantes de este grupo especial, aunque son la parte más leve del entrenamiento de los efectivos policiales que aspiran a ingresar al mismo. El curso de admisión dura 6 semanas, y sólo un bajo porcentaje de los aspirantes lo completa y aprueba. Actualmente se está dictando el curso en el que se inscribieron 30 postulantes. Sólo 12 siguen en carrera. “A los aspirantes a ingresar al GERAS durante la capacitación y entrenamiento se los trata de llevar al extremo del cansancio, miedo y fatiga, y probarlos en esas situaciones límites. Ellos experimentan la deshidratación, el hambre y la hipotermia, pero no sólo para desarrollar resistencia física y psicológica, sino para saber qué siente una persona a la que hay que rescatar y que padece de estos trastornos. Esto le permite al efectivo saber qué hacer para sacarla de esa situación, pero sobre todo saber cómo tratarla”, dijo Diego Morales, comisario a cargo del GERAS.

Una vez que los aspirantes aprueban el curso de admisión ingresan al grupo, pero el entrenamiento continúa como también la capacitación. Siguen con las prácticas de tácticas de intervención para las diferentes situaciones peligrosas y, dos veces al año, son evaluados nuevamente tanto en su capacidad física como psicológica para corroborar su “operatividad” para continuar en el grupo. “Los efectivos tienen dos veces al año lo que llamamos pruebas de permanencia para saber si siguen siendo operativos dentro de la unidad. Somos conscientes de que una mínima falla o error nuestro puede significar la muerte del civil involucrado en una situación peligrosa, por eso tenemos que estar preparados física y psicológicamente para cumplir con nuestra misión. Quien no lo está, debe abandonar el grupo”, dijo Morales.

 

Para cometer la menor cantidad de errores, los integrantes de este grupo realizan su propia autoevaluación y autocrítica. Luego de una intervención, a pesar del cansancio y de la presión vivida, los efectivos se reúnen para evaluar su desempeño. En un libro dejan registrados las fallas cometidas para trabajar en su superación durante el entrenamiento. La consigna obligatoria es no volver a cometerlas en la próxima intervención.

Historia y funciones

El GERAS de la Policía de San Juan se creó el 6 de abril de 1987 dentro de la división Infantería. Recién hace 4 años ganó autonomía y se convirtió en una nueva unidad policial hasta con sede propia. Actualmente está integrada por 28 efectivos, entrenados y capacitados para intervenir en allanamientos

de alto riesgo y rápida resolución (por drogas o la presencia de bandas peligrosas), rescate de rehenes, custodia de personalidades importantes, custodia en eventos multitudinarios como fue la Cumbre de la Américas, y rescate de personas extraviadas en áreas montañosas y desérticas de la provincia.

Para intervenir en toma de rehenes o allanamientos peligrosos el GERAS tiene 3 subgrupos con funciones específicas: los francotiradores, que son los encargados de evaluar la situación desde lejos y comunicar esa información al líder de la operación; los brecheros, que son quienes facilitan el ingreso a la zona de intervención, determinando cuál es el ingreso más factible y seguro e incluso liberando el paso con explosivos; y los asaltantes, que son quienes intervienen directamente en la situación para darle solución. Dentro de estos subgrupos también hay efectivos capacitados para negociar con los delincuentes la liberación de los rehenes y para rescatar a las personas extraviadas en zonas inhóspitas.

Además del recurso humano altamente capacitado y entrenado, el GERAS también posee un equipamiento acorde para cada situación. Dispone de dos camionetas 4×4 capaces de acceder a zonas inhóspitas, un cuatriciclo, dos motos enduro y una combi. También está equipado con un armamento especial que incluye desde subfusiles y pistolas 9 mm hasta cuchillos especiales y explosivos. Estas no son las únicas armas disponibles en el grupo, aunque Morales no quiso dar más detalles por cuestiones de seguridad. Sí afirmó que “la mejor arma con la que cuenta un efectivo del GERAS es su propio compañero”.

 

Tras intervenir en un caso de mucho riesgo y presión, los efectivos del GERAS reciben contención psicológica.

Una mujer sin miedo al peligro

Este año, por primera vez, las mujeres policías tuvieron la posibilidad de participar del curso de ingreso al GERAS. Una sola aceptó el desafío y, hasta ahora, superó todas las pruebas de exigencia y resistencia. Es Giselle Zárate, de 25 años, que aspira a ingresar al GERAS por desafío personal y 
por el deseo de progresar dentro de la Policía de San Juan. La joven dijo que no le da miedo convivir con el peligro. “Siempre me propongo capacitarme más y superarme dentro de la Policía, por eso aspiro a formar parte de este grupo. Sé que si logro ingresar voy a participar en situaciones de alto riesgo, pero eso no me asusta. El peligro nunca me provocó miedo, sobre todo cuando te sentís entrenado de la mejor manera para enfrentarlo. Y en el GERAS te entrenan para eso y con una gran exigencia y sin tener consideraciones por ser mujer. El entrenamiento es igual de intenso para todos. Hasta ahora lo llevo bien y he superado todas las pruebas, también gracias al aliento de mis compañeros. Espero poder ingresar a este grupo especial y poder dar lo mejor para salvar vidas”, dijo la joven.