Como todos los días, los policías provinciales Jorge Poblete (32) y Flavio Vega (28) realizaban su tarea de control en el portón de acceso a la Universidad Católica de Cuyo, en Rivadavia, cuando la estudiante Jésica Ocampo vino hacia donde estaban y les entregó un maletín, que en su interior contenía 4.000 dólares (algo así como 16.000 pesos), pero que ella no había abierto. "Dijo que lo había encontrado tirado en la calle en la Villa Seminario, que queda muy cerca de ahí, cuando venía caminando -contó Vega- y que se acordó que siempre había policías cuidando el portón de la universidad".
Como la chica estaba apurada, Poblete y Vega recibieron el maletín y lo abrieron para tratar de encontrar algún dato sobre su dueño. "Había muchas monedas, un dispensador de los que usan los colectiveros y boletos de ómnibus de la Empresa La Positiva, que queda muy cerca de la Universidad Católica", contó Poblete. De inmediato, se comunicaron con el 911 para saber si había existido algún hecho delictivo, como un arrebato o un robo en esa zona, que pudiera estar ligado al hallazgo del maletín. "Pero como no había nada, decidimos llevarlo a la empresa, para que ahí se lo entregaran al dueño", explicó Vega.
Fue él mismo, mientras su compañero se quedaba en el lugar de trabajo, quien llevó el maletín a la empresa y se lo entregó al encargado, para regresar luego a la Católica. "Al rato vino el dueño, un chofer de la Empresa La Positiva que se llama Romero de apellido y estaba muy agradecido. Incluso ofreció una recompensa, pero no la recibimos porque nosotros hicimos lo que teníamos que hacer", remarcó este policía de 28 años que hace 5 trabaja en la fuerza y es padre de una nena de 4 años. Su compañero, Jorge Poblete, es policía desde hace 8 años y también es papá de un pequeño bebé.
"Parece que el chofer dejó el maletín sobre el auto y arrancó sin acordarse que lo había dejado y ahí se le cayó. La que lo encontró fue la chica. Nosotros no hicimos más que cumplir con nuestro deber", remarcó Flavio Vega.
