�Además conmocionar al país caribeño, la muerte de Chávez (58 años) abre las puertas a unas elecciones que pondrán a prueba la supervivencia de su revolución. Esto pone a la nación de 29 millones de habitantes nuevamente en la encrucijada entre continuar con su revolución socialista o moderar la marcha. Pero esta vez sin el hombre fuerte de los últimos años. Maduro, un ex conductor de autobús y sindicalista de 50 años tendrá la responsabilidad de liderar la transición de la fuerza chavista y asegurar su supervivencia para hacer realidad el deseo de su padre político.