Ayer martes, feriado por el 25 de mayo y en medio del confinamiento estricto por la segunda ola de coronavirus, sanjuaninos recorrieron el radio céntrico en autos y se manifestaron con pancartas y Banderas en contra de la nueva cuarentena. Entre ellos hubo quienes pidieron a través de sus carteles la aprobación del consumo del dióxido de cloro como medicamento contra el Covid, lo cual está prohibido por Anmat y el Ministerio de Salud de la Nación.
El dióxido de cloro, que no se encuentra en el ambiente, es un gas color amarillo a amarillo-rojizo que cuando se mezcla con agua se transforma en clorito iónico, que es un compuesto muy reactivo. Normalmente se usa como agente blanqueador en plantas que manufacturan papel y en el tratamiento de aguas públicas para su potabilización, pero no para consumo persona.
La polémica en torno a esta sustancia surgió a mediados del año pasado, cuando en plena primera ola de coronavirus algunas personas aseguraron que tomarlo en pocas cantidades mezclado con agua durante el día ayudaba a curar el coronavirus e, incluso, a evitar el contagio.
De hecho, el debate llegó la televisión y tuvo amplia repercusión cuando la conductora Viviana Canosa aseguró que ella consume ese líquido de manera habitual sin sufrir complicaciones, dijo “voy a tomar un poquito de mi CDS” y acto seguido, ingirió líquido de una botella de plástico. A la vez sostuvo: “Oxigena la sangre, me viene divino. Yo no recomiendo. Yo les muestro lo que hago”.
Ahora, en plena segunda ola, el tema resurgió. Eso se vio plasmado ayer en la marcha de San Juan, donde aparecieron carteles con leyendas como, "El dióxido del cloro los cura" o "Pido ensayos clínicos para el dióxido de cloro".
Lo cierto es que, el uso, comercialización y distribución de este producto está prohibido en la Argentina por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), que consideró que por sus aplicaciones “no debe ser considerado un medicamento porque no ha sido evaluado ni aprobado” como tal.
“La ingesta de dióxido de cloro y el clorito de sodio reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y si se ingieren, pueden causar irritación en el esófago y estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas, entre otras complicaciones que pueden incluir graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales”.
Además, advirtió que “la inhalación puede generar edema pulmonar, broncoespasmos, neumonitis química y edema de glotis, entre otras complicaciones respiratorias como bronquitis crónica y erosiones dentales, así como complicaciones en otros órganos del cuerpo”.
Organismos internacionales también previnieron sobre el uso del CDS. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomendó no “utilizar productos a base de dióxido de cloro o clorito de sodio por vía oral o parenteral en pacientes con sospecha o diagnóstico de Covid-19, ni en ningún otro caso, porque no hay evidencia sobre su eficacia y la ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos”.
Por su parte, la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR) de los Estados Unidos también advirtió sobre los peligros para la salud de la ingesta del dióxido de cloro. En igual sentido, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de ese país aseguró que no tiene “conocimiento de ninguna investigación que demuestre que estos productos sean seguros o eficaces para tratar enfermedad alguna”. “El uso de estos productos puede hacer que postergue otros tratamientos que sí han demostrado ser seguros y eficaces”, cuestionó.