Dicen que en la Legislatura de la provincia también hubo hechos inexplicables. Por ejemplo, en el año 2001, los serenos comentaron que comenzaron a andar solos los ascensores sin que nadie ingresara en ellos o los llamara. También dijeron que escucharon pasos sin dueño. Y recordaron que en 1998, el llanto de un niño recorría los pasillos sin que supieran de dónde provenía. En ese edificio funcionó antes el hotel Sussex.