Marisa, Florencia y Benjamín Pérez son hermanos y ayer no quisieron perderse la peregrinación de la Inmaculada Concepción, en Capital. Mario Guizzi, su esposa Laura Luna y sus hijos Tomás y Facundo también llegaron en plena madrugada y fueron de los primeros en sumarse a la caminata junto a la Virgen. Al igual que ellos cientos de familias sanjuaninas participaron ayer de la procesión, que volvió a realizarse luego de una pausa de un año por la pandemia y reunió a unos 3.000 fieles. Durante la procesión y en la misa, pidieron por el cese a la violencia y por los desempleados.
Como parte de la tradición de cada 8 de diciembre, el clima se hizo sentir. Si bien esta vez no hubo lluvia ni el calor fue insoportable, como en otros años, el viento marcó la jornada. De hecho, antes de que comenzara la peregrinación, muchas personas sintieron temor de que se suspendiera porque las ráfagas eran bastante intensas. Según el Servicio Meteorológico Nacional, por momentos hubo ráfagas de casi 50 km/h, durante la procesión y la misa.
La cantidad de fieles hizo que más de 3 cuadras estuvieran llenas de gente, que seguía el paso de María. Con pañuelos blancos y amarillos los feligreses vieron y acompañaron la imagen de la Virgen, que esta vez convocó a muchas familias. "El año pasado sólo hubo una misa e igual vinimos, pero extrañábamos la procesión. Esta vez, estamos pidiendo por dos sobrinos que están sin trabajo", dijo Rita Galíndez, una mujer que llegó junto a su hermana Mirtha Galíndez, desde Capital.
Mientras que Fernando Martín y su sobrino Guillermo Martín comentaron que ellos fueron a la celebración, a agradecer que tienen un empleo. "La situación económica del país es complicada y tener empleo es una bendición. Vinimos agradecer eso", agregó el mayor de ambos.
La peregrinación arrancó de manera puntual a las 5 de la mañana. A oscuras, y mientras el viento movía para todas las direcciones las luminarias de la calle, los fieles se mantuvieron firmes junto a la imagen de María. Durante la procesión, se rezó el rosario y en cada misterio hubo distintos pedidos. Ponerle freno a la violencia física y psicológica que sufren muchas personas fue parte de varios de esos ruegos sanjuaninos.
"Estamos en un momento muy duro y vemos muchos casos de violencia de género. Yo conozco muchas chicas que se acercan a la parroquia a pedir ayuda y por eso hoy rezamos por ellas", dijo María Moreno, una devota de Chimbas, que hasta se emocionó al dar su testimonio.
Tras la peregrinación y mientras la Virgen fue recibida con cánticos, aplausos y mucha alegría, en la parroquia de Concepción, los fieles se acomodaron en la calle para participar de la misa. La celebración comenzó pasada las 6,30 y fue tan emotiva, que por momentos sólo se oyó la voz del Obispo Auxiliar, Carlos María Domínguez, y las ráfagas de viento que chocaban contra el micrófono.
Desde muy temprano
Débora Salinas, su mamá Norma Narváez, sus hijos y una sobrina llegaron bien temprano a la puerta del Colegio Santa Rosa, desde donde partió la peregrinación. Lo hicieron con mucha alegría. "Estamos felices de volver a peregrinar. Vamos a pedir por la familia y para que la pandemia termine", dijo Débora.
Descalza por su familia
Noelia Díaz es de Santa Lucía y desde hace más de 5 años peregrina junto a la Virgen cada 8 de diciembre. "Siempre vengo sin calzado, para agradecer por mi familia y para pedirle por la salud de mi papá, que no puede caminar, y de mi hermano, que tiene un problema en el corazón", dijo emocionada.
Presentes desde hace 10 años
Eduardo Figueroa, su esposa Rosa Quiroga y sus 4 hijos de entre 9 y 2 años fueron algunos de los que encabezaron la procesión durante la madrugada de ayer. "Hace 10 años que venimos a esta procesión y siempre lo hicimos juntos. Poco a poco se fueron sumando nuestros hijos", dijo Eduardo.
Preparadas para la celebración
Amelia y Marina Serrano son hermanas y ayer participaron de la procesión y la misa. Conocedoras de la celebración dijeron que siempre llevan banquitos para poder sentarse y disfrutar de cada momento cómodamente. "Nos alegra ver tanta gente. Estamos felices de peregrinar otra vez", dijo Amelia.
Café
En los alrededores de la iglesia de Concepción hubo personas vendiendo café, tortitas y hasta sánguches, ya que estaba pronosticada la entrada del viento Sur. Muchos fieles aprovecharon para desayunar, mientras esperaron el comienzo de la celebración. También hubo algunos que vendieron mate cocido.
Custodia
Durante toda la procesión de la Inmaculada Concepción, la imagen de María estuvo acompañada por la de San José, que iba en otra camioneta. Estas imágenes fueron custodiadas por un centenar de jóvenes de la Acción Católica y de distintos grupos de Scouts. Ellos hicieron un cordón humano para protegerlas.