“Me encantaría ayudar a que San Juan tenga su primer campeón mundial. Antes que nada quiero aclarar que he trabajado poco con Ezequiel, a quien considero un boxeador con mucho futuro”, contó Coggi, quien está más abocado a potenciar las cualidades de Lucas Matthysse, el boxeador emblema del clan de Arano. ‘Pero me encantaría ayudarlo para que San Juan tenga su primer campeón mundial‘, agregó cuando se enteró que Goyo Peralta, Víctor Echegaray y Mauricio Muñoz se quedaron en el intento.
‘Látigo‘ Coggi, que en cada párrafo que habla recuerda a su descubridor y maestro Santos Zacarías, dijo que se siente pleno en su tarea de transmitir conocimientos a los boxeadores. “Yo me siento campeón como ellos, porque se que puso mi granito de arena para que lograran los títulos”.
Después de decir esto, contó que tuvo la fortuna de haber sido elegido por Amílcar Brusa para recibir todos sus consejos. “Estuve dos semanas viviendo en su casa de Santa Fe. Nos despertábamos a las 6 y nos acostábamos a las 23 y nos pasamos los 15 días hablando de boxeo. Me enseño todo. Los métodos de entrenamiento de los rusos, la manera en que trabajan para enseñarles a caminar el ring a sus pupilos los panameños, la forma de practicar de los mexicanos para tirar piñas todo el round. Me acuerdo que yo tenía un cuadernito y anotaba todo lo que el ’Viejo’ me decía, por allí puteaba y yo anotaba, no quería perderme nada. Me enseñó mucho y eso ahora lo aplicó con los boxeadores del equipo”.
Esta noche estará en el rincón del campeón argentino, al que definió como “un pibe educado que acepta los consejos y que no le quita el cuerpo al trabajo”.
“Yo era y soy un loco del entrenamiento. No tengo dudas en decir que es mi pasión. Santos nos trabajaba mucho en resistencia. Te hacía superar el dolor. Yo estoy convencido que si hay que pelear 12 rounds un boxeador tiene que entrenar 24. Si recién estás calentando el físico en el sexto, cuando resta lo más duro de una pelea”, explicó.
“Ahora el boxeador tiene un preparador físico, un médico, un grupo de profesionales a su alrededor y está bien. Pero creo que antes había más orgullo. Yo no me hubiera quedado sentado en el banquito como ‘Maravilla‘ Martínez. Yo me paro y salgo a pelear que me pare la pelea el árbitro o me tiren la toalla”, expresó con un dejo de nostalgia.